Sus fachadas de vidrio y sus espléndidas terrazas ofrecen unas privilegiadas vistas sobre los 600 acres de ‘sabana’ de esta reserva en la que se pueden contemplar gorilas, rinocerontes, jirafas… en libertad.
Al exterior, materiales como el acero teñido de negro y la madera permiten confundir a estas prismáticas construcciones entre la frondosa vegetación.
En el interior, las cabañas se caracterizan por su atmósfera relajada y elegante. Dominan los tonos neutros, de la gama de los grises y los materiales naturales del mobiliario, revestimientos…
Bellas fotografías de animales salvajes en libertad decoran las diferentes estancias.
Las tres cabañas tienen acceso independiente y están dimensionadas para cuatro personas.
Todas ellas cuentan con dos dormitorios, baño y un salón comedor con cocina integrada que se abre a una espléndida terraza privada, perfecta para contemplar puestas de sol y escuchar los sonidos de la reserva.
Un Clubhouse situado a sus pies complementa los servicios a los huéspedes. A corta distancia se encuentra también el Port Lympne Hotel, cuyo restaurante sirve almuerzos o cenas también por encargo para degustar en la intimidad de las cabañas.
Port Lympne Wild Animal and Safari Reserve pertenece a The Aspinall Foundation. La fundación está involucrada en un gran número de proyectos de conservación de la naturaleza cuyas actividades se desarrollan en esta reserva y en la de Howletts (también situada en Kent), así como en el resto del mundo.
Para más información visiten: Treehouse Hotel, Tara Bernerd
Vía: diarioDESIGN
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