
Aquellos que estas Navidades hayan pasado por el Paseo de Sant Joan Bosco, en Barcelona, habrán visto que la famosa marca de cava Freixenet ha abierto, por primera vez, un espacio donde comprar directamente sus productos. Y para aquellos que no lo conozcan – y también para los que cualquier día del año es bueno para un brindis – hoy les presentamos Tannic, por cierto, algo más que una tienda y en la que, por supuesto, no faltan las burbujas doradas.
Tannic es un showroom que expone y permite catar todas las gamas de sus productos. Fiel a su imagen de marca tradicional a la par que contemporánea, el espacio recrea una bodega de tintes modernos a través de un coupage donde se mezclan técnica y arte.

Situado a pie de calle, el local se distribuye en un espacio de doble altura. En la planta inferior es donde se exponen y se venden los productos. Una gran barra de mármol en forma de L sirve para degustaciones, mostrador y caja. En la planta superior están la sala privada de catas, un mini office y los aseos.


Para aportar mayor calidez a las estanterías se añadieron fragmentos de madera y cajas empotradas que representan las tradicionales cajas de vino.


El mármol predomina en la barra de la planta inferior. La madera, en formato parquet, protagoniza el suelo. Y el hierro está presente también como revestimiento de paredes y otros elementos de carácter tradicional, como contrapesos, rótulos troquelados, estantes, y perfilerías.
Del apartado gráfico destacamos el mapamundi y el slogan ‘Los vinos de la familia Ferrer’ grabado sobre madera en quince idiomas diferentes en referencia a la presencia de la marca en diversos países del mundo.
Para más información visiten: Tannic de Freixenet, Inda Studio Barcelona
Vía: diarioDESIGN
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