Parece lo más lógico y fácil a la hora de abordar un proyecto. Pero cuando la diferencia entre lo que necesita el propietario, su estilo y las condiciones del espacio son muy grandes, el asunto puede convertirse en un reto. La clave reside, según el estudio taiwanés LCGA, en equilibrar las ideas de diseño que tiene el cliente con su auténtico estilo de vida. Eso, al menos, es lo que ha hecho en un apartamento situado en Taipéi (Taiwán).
A la orilla del río Tamsui, la casa parte con unas amplias vistas y, por tanto, una excelente entrada de luz natural en la zona principal de la vivienda: el salón-comedor. Pero la complicación residía en la distribución inicial del apartamento, su morfología y unos propietarios que necesitaban espacio para todas las piezas que han ido coleccionando en sus viajes.
La casa contaba en un principio con esa gran zona pública, una sala doble y tres baños. Y los propietarios, por su parte, querían un espacio para exhibir sus colecciones pero, al mismo tiempo, conectarlas con el resto de la casa, a modo de espacio semi-abierto.
La solución adoptada por el estudio fue cambiar diversos tabiques para dejar una gran área pública y una zona más privada pero conectada a la primera a partir de un pasillo lateral. Se hizo mediante una distribución en forma de T, es decir, un gran salón en forma de rectángulo que integra la cocina, y un pasillo en uno de los laterales longitudinales en el que se ubican los dormitorios y baños.
La cocina forma pare del área pública pero sin estar del todo abierta; es en una pieza aparte dentro del gran salón.
Una vez hecha la nueva distribución, quedaba crear el ambiente con los colores y materiales. En contraposición a la gran luminosidad que proporcionan los ventanales, el gris y el cemento fueron elegidos como color dominante para aportar sofisticación, dejando en blanco el resto de paredes y tabiques. El ambiente y el estilo, de claro sello contemporáneo, lo terminan de completar todos los elementos de decoración de los propietarios.
El mismo estilo del salón-comedor-cocina se ha usado en las zonas más privadas. Para conectar el dormitorio principal, que es la primera habitación del pasillo, se hace a través de un tabique semi abierto, en el que se cuelgan los televisores del salón y el dormitorio. De este modo se puede ver la habitación y viceversa en la parte que da a la fachada. Un sistema de persianas venecianas es el responsable de dar privacidad al dormitorio cuando lo requiere.
Este dormitorio principal, que comparte el gran ventanal, queda a su vez conectado al baño y vestidor mediante un pasillo interno. Siguiendo el corredor principal, se encuentra el siguiente dormitorio, dedicado a los hijos, y también con un baño en-suite.
Para más información visiten: LCGA
Vía: diarioDESIGN
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