Los propietarios tenían esta casa en el campo heredada en estado casi ruinoso: una construcción muy humilde, sin pretensiones, que no habitaba nadie desde hacía años (ver foto del estado original más abajo). La clave estuvo en recuperar y reforzar las vigas y cerchas del techo, pintadas en blanco, lo que dota al espacio de un marco excepcional y realmente hermoso, donde la decoración se percibe de arriba abajo.
Otro de los puntos unificadores de todo el espacio es el suelo de cemento, bajo el cual se realizó una instalación de calefacción radiante, lo que permite disfrutar la casa en invierno y en verano. La decoración es austera pero moderna, con piezas elegidas de diseño. En el comedor, una gran mesa de tablones decapados recuperados está rodeadas de sillas originales de los Eames; todo ello contrata con el aparador antiguo que da servicio al comedor. La cocina, con frentes laminados de madera, cuenta con una isla que delimita visualmente la zona. En la zona de estar, es la alfombra la que marca el área, que se amuebló con dos butaquitas años 50 y un sofá tapizado en blanco roto.
El porche, de unos 37 m2, es el epicentro de la vivienda, con vista a tres puntos cardinales del jardín. Se rehabilitó con grandes ventanales y en el techo se realizó una claraboya con un orificio que permite hacer circular el aire y bajar las temperaturas hasta 10 grados. El suelo de cemento, las vigas y el techo, y el mobiliario blanco mantienen la misma línea estética del interior.
El piso de arriba, destinado a habitaciones, cuenta con una pasarela que se abre al entramado de cerchas y vigas, con módulos de cajones que sirven de barandilla. Todos los materiales y recursos, sobre todo de energía y aislamiento, que se utilizaron en la casa son soluciones sostenibles, que aprovechan la riqueza de la zona.
Este era el aspecto del rancho, de 1950, ubicado en un pueblo cerca del lago Michigan, antes de su reforma. El arquitecto Greg Howe, de Searl, Lamaster y Howe, fue el responsable de este proyecto en donde la economía de recursos, materiales autóctonos y sencillos (como el zinc, el yeso, paneles de lana de roca aislante, cemento y madera) ha hecho posible una vivienda actual, sostenible y honesta.
Y en la siguiente imagen vemos la imagen exterior actual, totalmente reformada, pero manteniendo su belleza de “casa de campo” con los techos en vertiente a dos aguas,un porche espacioso pero cerrado (recordemos el frío extremo de Michigan, frontera con Canadá). Nada en esta casa es lujoso. La casa en sí misma es un lujo.
Para más información visiten: Searl, Lamaster y Howe
Vía: decoratrix
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