Un abandonado aserradero de los años treinta situado en el centro de Milán es el escenario del espectacular restaurante Carlo e Camilla in Segheria. El proyecto, galardonado con los Wallpaper Desig Awards 2015, es el resultado de la colaboración entre Tanja Solci (directora de arte y propietaria de la serrería), Carlo Cracco (chef) y Nicola Fanti (gerente).
A medio camino entre el sueño y la realidad. Carlo y Camilla son el lado masculino y femenino de una pareja imaginaria que dan la bienvenida a sus invitados en una surrealista casa de campo situada de una antigua fábrica en el corazón de Milán.
Un escenario suspendido en el tiempo que devuelve la vida a un caparazón industrial desnudo, y en el que cada noche se celebra el mismo ritual con unos invitados, platos y conversaciones siempre cambiantes.
Grupos de amigos, parejas y personas totalmente desconocidas comparten mesa y conversación en esta especial atmósfera. Ellos mismos son los ingredientes de la receta final.
La puesta en escena es sencilla: dos largas mesas que se cruzan en el centro y grandes arañas suspendidas de cristal ubicadas estratégicamente para crear un espacio de espectacular iluminación. Las reflexiones crean sombras de hojas en las mesas de madera, mientras que la luz ilumina las manos de los comensales sólo cuando llegan a sus platos. La cena se convierte en una representación teatral.
Se ha cuidado especialmente el mobiliario utilizado, escogiéndose el modelo Fronzoni ’64 de Cappellini en colores blanco y azul cobalto para el lado de la mesa “masculino” o de Carlo. Enfrente, en la parte dedicada a la femeneidad de Camilla se han alineado sillas “Tate” de Jasper Morrison en tonos verde y azul.
Solci viste las mesas de una manera inusual, combinando platos pertenecientes una vajilla de cerámica vintage de Richard Ginori, junto a más de 100 teteras, jarras de leche, salseras y tarros de azúcar inmaculadamente blancos.
En la cocina, el chef Carlo Cracco dirige a un equipo de jóvenes cocineros, que ofrecen a los comensales una armoniosa combinación de sabores simples y detalles inesperados, elaborados con materias primas de la más alta calidad. Cada plato, hecho con sencillez y precisión, reinterpreta recetas italianas tradicionales con un toque contemporáneo.
El bar es el templo de Filippo Sisti, un camarero con talento que ha deleitado los paladares más exigentes de Nueva York , Londres y París. La experimentación está en el centro de su filosofía de trabajo y se puede apreciar en cada detalle.
Para más información visiten: Carlo e Camilla, Cappellini
Vía: diarioDESIGN
No hay comentarios:
Publicar un comentario