Así es, se utiliza una especie muy concreta de musgo para recubrir unos paneles que miden 120×100 cm y que pueden utilizarse para recubrir paredes, techos o suelos. El “musgo de noruega” (así es como se llama) no requiere de ninguna atención, por lo que no necesita ni agua, ni luz para vivir ya que se trata de un organismo vivo autónomo, un liquen.
Con los años, el fabricante indica que se puede ir perdiendo color gradualmente, con lo que bastará con dosificar un poco de agua sobre la superficie para hacer reaparecer el color original, aportando además un agradable aroma al entorno y compensando la humedad.
Está disponible en 24 colores distintos, y se entrega sobre un revestimiento de madera ignífugo en láminas estándar de 120×100.
Para más información visiten: greenwalls
Vía: eclécticos
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