lunes, 21 de enero de 2013

Rehabilitación en el Born: combinación de ambientes junto al mercado de Santa Caterina, por Egue y Seta.

Desde el estudio de interiorismo Egue y Seta tienen muy claro que la actual tendencia en configuración de viviendas unifamiliares ha de recurrir por fuerza a una combinación de elementos tradicionales, profundamente relacionados con el inmueble original, conjugados con las más novedosas formas de vivir y habitar el espacio.



Con esta premisa, han diseñado una vivienda en el barrio del Born de Barcelona en la que han reinterpretado el típico piso del Ensanche barcelonés. Pero en lugar de articularlo a través de un corredor, se ha optado en cambio por girar en torno a una gran cocina-comedor: levantada sobre el tradicional suelo de mosaico hidráulico, la cocina se ofrece como un espacio con profunda vocación social y de entretenimiento más allá de su simple funcionalidad como dependencia de servicio.

Alrededor de este espacio protagonista se disponen, sin proponer apenas espacios de transición, la habitación doble con baño propio y balcón, un salón que puede ser empleado como habitación de invitados, la habitación principal también con baño propio, un aseo auxiliar y un acceso al patio interior de la finca, que se vincula visualmente al inmueble gracias a los jardines internos que se han recreado en él.

Se han querido evitar espacios como vestíbulos, halls o pasillos, para crear una sensación de amplitud en la que además se propagan uniformemente la luz natural y la ventilación al tiempo que se renuncia en cierta medida a la estricta privacidad de las zonas íntimas. Se juega también con las transparencias provocadas por los dos importantes jardines delimitados por grandes cristaleras realizadas a medida en carpintería de madera lacada.

La cocina es la verdadera estrella del piso. Este espacio concebido como profundamente extrovertido y hedonista abarca un tercio de la superficie y representa “un nuevo estilo de vida”. Una mesa confeccionada en madera natural y maciza contrasta con asientos y luminarias de diseño contemporáneo. El aparador de boticario antiguo de hierro forjado y mármol compite con los electrodomésticos de última generación, vencidos y ocultos tras una fachada de madera recuperada.

En el salón, un sofá de piel blanca y líneas puras choca con la textura visual del mosaico hidráulico de Escher y las vigas de madera restauradas. Desde aquí se iluminan, mediante luces orientables, piezas de mobiliario y decoración que los dueños han ido encontrando paulatinamente a lo largo de viajes alrededor del mundo y paseos por el barrio del Borne, personalizando de forma progresiva el espacio y haciéndolo cada vez más único y acogedor. En lugar de televisión, la blanca pared desprovista de decoración sirve a modo de pantalla. Un original botellero se dispone bajo las baldas bajas también blancas.

Las habitaciones, blancas todas ellas, también tienen suelo de mosaico hidráulico y en ellas la mampostería y las instalaciones son vistas, lo que da un toque industrial.

Los tres cuartos de baño son tratados como áreas de relax que deben gozar de amplitud e iluminación preferente, tres instancias muy poco tradicionales que ofrecen a cambio confort y originalidad. Mármol de recuperación; mosaico de vidrio blanco con aristas redondeadas de media caña; grifería y herrajes de acero inoxidable; grandes mamparas de cristal transparente y de nuevo, muros vegetales de un vibrante verdor configuran estos tres espacios.

Para más información visiten: Egue y Seta
Vía: diarioDESIGN



  





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