miércoles, 7 de diciembre de 2011

La temperatura ideal en el diseño del hogar

En cada región del planeta encontramos ejemplos que demuestran la relación entre la presencia de materiales específicos cuyo uso está influenciado por el clima y la adaptación morfológica que mejora las influencias existentes entre el habitante y su medio climático.




Puede decirse que las arquitecturas bioclimáticas son aquellas que en líneas generales responden con su diseño a los aspectos climáticos circundantes, tendiendo a alcanzar un confort térmico y lumínico con el menor consumo energético posible. En esta tarea, antes de iniciar el diseño, se deberán conocer las características particulares del sitio donde vamos a situar la vivienda y las influencias que la determinan.

En el ámbito meteorológico será necesario detectar los elementos climáticos que puedan aprovecharse. Además, se debe ubicar la latitud, para así poder determinar la incidencia e intensidad de la luz del sol en nuestro hogar, y cuántas horas durará el día. Por último, se debe realizar un estudio de la propia topografía para determinar las sombras recibidas.

El diseño

Con esta relación de datos y sobre la base de los distintos programas de necesidades se inicia la etapa de diseño. Al optar por unos u otros parámetros interrelacionados se determinará un aumento desmesurado del consumo energético o como un ahorro sustancial de éste, partiendo de un mismo nivel de confort. En general, se trata de tender a que el propio edificio actúe como captor, acumulador y distribuidor de la energía recibida y producida.

Para ello, el edificio deberá ofrecer a la orientación Norte los parámetros más estancos y las áreas interiores de estancia limitada o que no utilicen calefacción. De la misma manera, habrá que situar las mayores aberturas y las zonas sedentarias hacia el Sur. Así, se podrán utilizar estos espacios como captadores por efecto invernadero. Esta energía captada se distribuye y se acumula en el interior.

La importancia de la ventana

Como ejemplo, la ventana como elemento arquitectónico ha evolucionado tanto por el desarrollo de la tecnología del vidrio, como por la necesidad de abrir los interiores de la casa. Es un elemento muy importante a la hora del diseño del espacio interior, ya sea por sus características formales, como porque es un intercambiador de energía en ambos sentidos, entre interior exterior.

Pueden aparecer además, sistemas que permiten un aumento de la eficiencia de una ventana, como pueden ser los miradores, los invernaderos y los llamados Muros Trombe.

A la hora de plantearse un ahorro energético en nuestra casa son varios los factores a tener en cuenta. Por ejemplo, los efectos del microclima donde se diseñe el nuevo hogar. Se podrán observar diferencias notables si desplazamos un edificio sólo unos cientos de metros, por lo que se deberán estudiar los componentes microclimáticos para obtener unos datos previos al diseño de la casa.

La influencia del mar

Un factor importante que siempre repercute sobre el clima es el mar. Como regulador de temperaturas, nivela los picos de alta temperatura diurna y los de baja temperatura nocturna. La zona de influencia del mar se calcula entre diez y quince kilómetros de la costa, dependiendo, eso sí, de la topografía y dirección de los vientos. Las zonas costeras se ven incrementadas tanto en humedad como en nubosidad y precipitaciones, factor a tener en cuenta a la hora de situar el hogar.

Por otro lado, se ha comprobado que, con el incremento de altitud, la temperatura desciende cada 100 metros entre 0,3 y 0,8 grados. Además, como los rayos solares deben traspasar menos atmósfera, a mayor altitud la radiación por el día será mayor, pero también será mayor el enfriamiento por la noche, siendo más alto el salto de temperatura entre el día y la noche. Al aumentar la altitud hay que tener en cuenta que también aumentan las precipitaciones y, sobre todo, la velocidad de los vientos. Por ello, es importante detectar o prever las posibles barreras naturales y diseñar las artificiales que protejan la construcción.

Por último, la presencia de vegetación en el entorno del hogar produce efectos similares a los creados por el mar, ya que no permite que se caliente el suelo durante el día, y filtran la emisión de infrarrojos por la noche, que haría enfriar rápidamente el terreno. Así, se reduce el salto de temperatura entre el día de la noche, dando lugar a un microclima más típico, fresco de día y atemperado por la noche.

Vía: Casa Actual

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