Rakú es una técnica tradicional oriental de cerámica utilitaria. Se cree que es originaria de Corea, sin embargo es en Japón donde ha florecido su potencial atractivo y encantado a todos los que tienen contacto con estas maravillas decorativas.
El Rakúmaravillosas, y como no es nada extraño que en el proceso manual, se rompa alguna pieza, por sus tensiones internas al colocarlo al calor, o al cambiar de temperatura tan drásticamente.
El proceso del Rakú es muy fácil pero delicado, las piezas se pueden realizar con barro refractario o con un barro especial para rakú, estos barros suelen tener mucha chamota en su composición para hacerlas más resistentes a las temperaturas, cuando la pieza decorativa o utilitaria está lista y seca, se procede a su bizcocho para poder a aplicar los diferentes esmaltes deseados, estos esmaltes suelen ser el resultado de un punto de fusión muy bajo para que el proceso sea más rápido, luego se meten en un horno pequeño, que puede ser eléctrico o de gas, con preferencia al de gas por la facilidad que tiene para subir la temperatura, y suele hornearse a unos 900 ºC aprox, periódicamente con mucho cuidado se abre la tapa y se mira la textura del esmalte, cuando ya esta muy brillante, se retira del horno con unas pinzas de hierro con mucho cuidado para evitar que se caiga, luego se mete en un recipiente lleno de viruta de madera o cualquier otro material orgánico. El contacto con este material incendia la viruta y se genera una enorme cantidad de humo que penetra en la pieza y entra a ser parte de ella. Los esmaltes (óxidos) con que han sido pintadas las piezas proporcionan una parte del oxígeno para esta combustión, convirtiéndose una reducción , lo cual le da una apariencia característica de estas piezas, luego de varios minutos y si no se considera necesario se mete en un balde de agua para fijar todas sus tonalidades, acabados, texturas y lo mas característico sus tonos nacarados y tornasoles.
Vía: Robert Disen
El Rakúmaravillosas, y como no es nada extraño que en el proceso manual, se rompa alguna pieza, por sus tensiones internas al colocarlo al calor, o al cambiar de temperatura tan drásticamente.
El proceso del Rakú es muy fácil pero delicado, las piezas se pueden realizar con barro refractario o con un barro especial para rakú, estos barros suelen tener mucha chamota en su composición para hacerlas más resistentes a las temperaturas, cuando la pieza decorativa o utilitaria está lista y seca, se procede a su bizcocho para poder a aplicar los diferentes esmaltes deseados, estos esmaltes suelen ser el resultado de un punto de fusión muy bajo para que el proceso sea más rápido, luego se meten en un horno pequeño, que puede ser eléctrico o de gas, con preferencia al de gas por la facilidad que tiene para subir la temperatura, y suele hornearse a unos 900 ºC aprox, periódicamente con mucho cuidado se abre la tapa y se mira la textura del esmalte, cuando ya esta muy brillante, se retira del horno con unas pinzas de hierro con mucho cuidado para evitar que se caiga, luego se mete en un recipiente lleno de viruta de madera o cualquier otro material orgánico. El contacto con este material incendia la viruta y se genera una enorme cantidad de humo que penetra en la pieza y entra a ser parte de ella. Los esmaltes (óxidos) con que han sido pintadas las piezas proporcionan una parte del oxígeno para esta combustión, convirtiéndose una reducción , lo cual le da una apariencia característica de estas piezas, luego de varios minutos y si no se considera necesario se mete en un balde de agua para fijar todas sus tonalidades, acabados, texturas y lo mas característico sus tonos nacarados y tornasoles.
Vía: Robert Disen
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