Un nuevo proyecto de Susanna Cots, en el que se refleja la línea estética y la riguridad formal seguida por la interiorista a lo largo de su trayectoria profesional. En esta ocasión, ha partido de un amplio espacio vacío, sin cierres ni instalaciones previas, para crear una clínica dental que busca alejarse de la incomodidad habitual que uno siente cuando debe visitar al dentista.
El espacio responde a tres conceptos: higiene, limpieza y salud, que conducen a la utilización de la pureza clínica del blanco, un color que cumple con los requisitos visuales necesarios en establecimientos relacionados con la salud. Esta uniformidad cromática que impregna el local solo queda rota por la intervención del color gris, los distendidos retratos infantiles en gran formato y algunas piezas de mobiliario que refuerzan su presencia sobre este equilibrado fondo neutro.
La doble altura del local ha servido para que la diseñadora haya podido crear dos zonas bien diferenciadas. El nivel superior se ha reservado a los sets que albergan las consultas médicas y un laboratorio abierto, mientras que el piso a nivel de calle se ha ubicado la recepción y la sala de espera.
A nivel visual, se ha trabajado con un línea de pavimento blanco que atraviesa todo el local para provocar cierto contraste con el juego de volúmenes de la parte de los sets médicos. Destaca también el volumen de chapa de regaliz en la entrada que abraza el set principal de la clínica y, a la vez, sirve de soporte para el rótulo. Todo el mobiliario ha sido diseñado por la propia interiorista.
Vía: Interiores minimalistas
El espacio responde a tres conceptos: higiene, limpieza y salud, que conducen a la utilización de la pureza clínica del blanco, un color que cumple con los requisitos visuales necesarios en establecimientos relacionados con la salud. Esta uniformidad cromática que impregna el local solo queda rota por la intervención del color gris, los distendidos retratos infantiles en gran formato y algunas piezas de mobiliario que refuerzan su presencia sobre este equilibrado fondo neutro.
La doble altura del local ha servido para que la diseñadora haya podido crear dos zonas bien diferenciadas. El nivel superior se ha reservado a los sets que albergan las consultas médicas y un laboratorio abierto, mientras que el piso a nivel de calle se ha ubicado la recepción y la sala de espera.
A nivel visual, se ha trabajado con un línea de pavimento blanco que atraviesa todo el local para provocar cierto contraste con el juego de volúmenes de la parte de los sets médicos. Destaca también el volumen de chapa de regaliz en la entrada que abraza el set principal de la clínica y, a la vez, sirve de soporte para el rótulo. Todo el mobiliario ha sido diseñado por la propia interiorista.
Vía: Interiores minimalistas
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