Casa Burés era un edificio modernista que fue construido en Barcelona, en pleno barrio del Eixample, entre los años 1900 y 1905. Hoy día lo sigue siendo gracias a un genial proyecto del estudio Vilablanch y TDB Arquitectura, que lo ha devuelto a la vida sin dejar por el camino ni una pizca de su autenticidad.
El edificio ha sido totalmente renovado para albergar varios apartamentos residenciales de lo más exclusivos. Eso sí, se han conservado todos y cada uno de los elementos arquitectónicos modernistas que poseía y que son su verdadero tesoro. El resultado son espacios de marcada personalidad que, además, resultan modernos y acogedores.
Un edificio modernista con historia
El arquitecto responsable de diseñar la construcción, hace casi 120 años, fue Francesc Berenguer i Mestres, del que se sabe que fue estrecho colaborador de Antoni Gaudí. Fue él quien se encargó de plantear el edificio que perteneció en primer lugar a Francesc Burés, de quien recibió el nombre. Se trataba de un empresario propietario de una de las empresas textiles más destacadas de la época.
Por aquel entonces el edificio albergaba en su planta baja la sede de la empresa y un garaje. En el primer piso, de unos 1.000 metros cuadrados, se localizaba la vivienda de la familia Burés, y en el resto de las seis plantas de las que constaba el edificio había varios apartamentos de alquiler. En el sótano estaba dedicado a almacén.
Espectacular rehabilitación integral
Ha llovido mucho desde entonces y hoy, en pleno año 2019, Casa Burés está viviendo una nueva época de esplendor. Se ha producido el resurgir de la arquitectura, a través de una rehabilitación integral que ha renovado por completo los interiores. Eso sí, sin modificar ninguna de las joyas arquitectónicas que definen la construcción.
Esta premisa era totalmente obligatoria, ya que Casa Burés es un edificio protegido como bien cultural de interés local desde el año 1979. Por eso mantener el alma modernista del edificio fue uno de los objetivos indiscutibles en la reforma.
El equipo de arquitectos que obró el milagro ha estado capitaneado por Agnès Blanch y Elina Vilá, del Estudio Vilablanch, y por Juan Trias de Bes, de TDB Arquitectura. Todos ellos son especialistas en la rehabilitación de viviendas en edificios de alto valor patrimonial.
Un proyecto residencial de primera
Después de tres años de trabajo, hoy Casa Burés alberga nada menos que 26 viviendas de lujo de diferente tipología y características, cuya superficie varía entre los 120 y los 500 metros cuadrados.
Todas estas residencias poseen una estética totalmente contemporánea, a pesar de encontrarse en un edificio modernista tan destacado. Además, sus espacios interiores están adaptados a los nuevos tiempos, y gozan de todas las comodidades imaginables. De hecho, uno de los objetivos esenciales del proyecto fue dotar a cada una de las viviendas resultantes de todas las mejoras necesarias en cuanto a la distribución del espacio y los avances de la vida moderna.
Zonas comunes y viviendas privadas
Se rediseñaron los espacios comunes, desde los vestíbulos de acceso hasta el mismo sótano, que en la actualidad cuenta con piscina, zona de spa, gimnasio y áreas de reunión.
En cuanto a las viviendas, hay tres lofts en la planta baja, dos pisos nobles en la planta principal y 16 pisos en el primer, segundo y tercer piso, además de cinco áticos en la tercera y cuarta planta, dos de los cuales son dúplex.
El valor de los contrastes
Una de las cosas que más llaman la atención de cómo es hoy Casa Burés es el contraste magistral que hay entre los materiales propios de la arquitectura modernista, como las molduras de techos y paredes, y los elementos de la época actual: suelos de madera, muebles contemporáneos, lámparas de diseño vanguardista. Este contraste, lejos de resultar disonante, resulta atractivo y enriquecedor.
La decoración de los espacios es moderna y elegante, con muebles y textiles sencillos que acompañan de maravilla los ricos elementos decorativos del edificio modernista. Destacan los techos policromados y los suelos de baldosas hidráulicas, incluso en las cocinas. Para contrarrestar el efecto, se optó por frentes de armarios lisos y de corte minimalista y electrodomésticos de vanguardia.
La cuidada rehabilitación arquitectónica, la decoración contemporánea, la mezcla de materiales… Todo da como resultado viviendas de una gran belleza en un edificio modernista que es un espectáculo. ¡Genial!
Un edificio modernista con historia
El arquitecto responsable de diseñar la construcción, hace casi 120 años, fue Francesc Berenguer i Mestres, del que se sabe que fue estrecho colaborador de Antoni Gaudí. Fue él quien se encargó de plantear el edificio que perteneció en primer lugar a Francesc Burés, de quien recibió el nombre. Se trataba de un empresario propietario de una de las empresas textiles más destacadas de la época.
Por aquel entonces el edificio albergaba en su planta baja la sede de la empresa y un garaje. En el primer piso, de unos 1.000 metros cuadrados, se localizaba la vivienda de la familia Burés, y en el resto de las seis plantas de las que constaba el edificio había varios apartamentos de alquiler. En el sótano estaba dedicado a almacén.
Espectacular rehabilitación integral
Ha llovido mucho desde entonces y hoy, en pleno año 2019, Casa Burés está viviendo una nueva época de esplendor. Se ha producido el resurgir de la arquitectura, a través de una rehabilitación integral que ha renovado por completo los interiores. Eso sí, sin modificar ninguna de las joyas arquitectónicas que definen la construcción.
Esta premisa era totalmente obligatoria, ya que Casa Burés es un edificio protegido como bien cultural de interés local desde el año 1979. Por eso mantener el alma modernista del edificio fue uno de los objetivos indiscutibles en la reforma.
El equipo de arquitectos que obró el milagro ha estado capitaneado por Agnès Blanch y Elina Vilá, del Estudio Vilablanch, y por Juan Trias de Bes, de TDB Arquitectura. Todos ellos son especialistas en la rehabilitación de viviendas en edificios de alto valor patrimonial.
El proyecto ha conseguido un gran reconocimiento internacional. De hecho, Casa Burés ha cosechado el 1º Premio de Archmarathon Selection Awards 2019 en la categoría Private Housing Interior. También ha merecido el 1º galardón de los Premios Arquitectura Plus 2019, en la categoría de Mejor Proyecto de Interiorismo Residencial. Además, resultó finalista en varios certámenes como los Dezeen Awards 2019 y el SBID International Design Award 2019.
Un proyecto residencial de primera
Después de tres años de trabajo, hoy Casa Burés alberga nada menos que 26 viviendas de lujo de diferente tipología y características, cuya superficie varía entre los 120 y los 500 metros cuadrados.
Todas estas residencias poseen una estética totalmente contemporánea, a pesar de encontrarse en un edificio modernista tan destacado. Además, sus espacios interiores están adaptados a los nuevos tiempos, y gozan de todas las comodidades imaginables. De hecho, uno de los objetivos esenciales del proyecto fue dotar a cada una de las viviendas resultantes de todas las mejoras necesarias en cuanto a la distribución del espacio y los avances de la vida moderna.
Zonas comunes y viviendas privadas
Se rediseñaron los espacios comunes, desde los vestíbulos de acceso hasta el mismo sótano, que en la actualidad cuenta con piscina, zona de spa, gimnasio y áreas de reunión.
En cuanto a las viviendas, hay tres lofts en la planta baja, dos pisos nobles en la planta principal y 16 pisos en el primer, segundo y tercer piso, además de cinco áticos en la tercera y cuarta planta, dos de los cuales son dúplex.
El valor de los contrastes
Una de las cosas que más llaman la atención de cómo es hoy Casa Burés es el contraste magistral que hay entre los materiales propios de la arquitectura modernista, como las molduras de techos y paredes, y los elementos de la época actual: suelos de madera, muebles contemporáneos, lámparas de diseño vanguardista. Este contraste, lejos de resultar disonante, resulta atractivo y enriquecedor.
La decoración de los espacios es moderna y elegante, con muebles y textiles sencillos que acompañan de maravilla los ricos elementos decorativos del edificio modernista. Destacan los techos policromados y los suelos de baldosas hidráulicas, incluso en las cocinas. Para contrarrestar el efecto, se optó por frentes de armarios lisos y de corte minimalista y electrodomésticos de vanguardia.
La cuidada rehabilitación arquitectónica, la decoración contemporánea, la mezcla de materiales… Todo da como resultado viviendas de una gran belleza en un edificio modernista que es un espectáculo. ¡Genial!
Para más información visiten: Estudio Vilablanch, TDB Arquitectura
Vía: Decoracion 2.0
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