La principal ventaja de una ducha solar es el agua caliente en exterior sin necesidad de instalación y de una forma ecológica. Este tipo de artilugios funcionan de una manera muy sencilla: la misma barra de la ducha está formada por colectores que contienen el agua y que absorben la energía solar para transformarla en calor.
El agua caliente pasa a un termo-sifón en el que se almacena lista para su uso. Cuando compramos una ducha solar podemos elegir los litros del depósito y, por supuesto, su diseño entre multitud de modelos. Las hay recubiertas en madera, de metal, pvc, etc. Si quiere darle color al jardín puede elegir un modelo de tubo en un color vivo como el rojo. Hará contraste con el césped y quedará muy original. También puede elegir un modelo metálico que le de un toque vanguardista al entorno.
Una ducha solar en su jardín
Hay tardes de primavera en las que el calor veraniego todavía no acecha pero en las que nos apetece refrescarnos y empezar a disfrutar de las ventajas estivales. Para esos momentos tener una ducha solar será un acierto. Y, no solo por poder darnos una ducha caliente en el jardín o terraza, sino porque al funcionar con energía solar no consumen energía eléctrica y además son muy innovadoras y decorativas.
Lejos de la típica ducha metálica, una ducha solar puede ser un elemento de decoración en sí mismo. Puede encontrarla con forma cuadrada y en acabados brillantes que aportan un toque de distinción. También con forma redonda y colores vivos para los más divertidos. Una vez elegida su ducha solar le vendrá bien acompañarla de algunos accesorios o elementos de decoración que completen el conjunto:
Puede utilizar una pequeña camarera o aparador con ruedas para colocar las toallas. Estarán ordenadas, a salvo de las salpicaduras de la piscina y listas para su uso cuando la ducha solar esté en funcionamiento.
También puede acristalar la zona para aprovechar su ducha solar en meses no tan calurosos y disfrutar de un buen remojón al aire libre.
Una ducha solar en su jardín
Hay tardes de primavera en las que el calor veraniego todavía no acecha pero en las que nos apetece refrescarnos y empezar a disfrutar de las ventajas estivales. Para esos momentos tener una ducha solar será un acierto. Y, no solo por poder darnos una ducha caliente en el jardín o terraza, sino porque al funcionar con energía solar no consumen energía eléctrica y además son muy innovadoras y decorativas.
Lejos de la típica ducha metálica, una ducha solar puede ser un elemento de decoración en sí mismo. Puede encontrarla con forma cuadrada y en acabados brillantes que aportan un toque de distinción. También con forma redonda y colores vivos para los más divertidos. Una vez elegida su ducha solar le vendrá bien acompañarla de algunos accesorios o elementos de decoración que completen el conjunto:
Puede utilizar una pequeña camarera o aparador con ruedas para colocar las toallas. Estarán ordenadas, a salvo de las salpicaduras de la piscina y listas para su uso cuando la ducha solar esté en funcionamiento.
También puede acristalar la zona para aprovechar su ducha solar en meses no tan calurosos y disfrutar de un buen remojón al aire libre.
Vía: Westwing
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