Situado en el centro de Tokio y repleto de plantas, este local de 50 años de antigüedad alberga ahora las espectaculares oficinas de Every day is the day. Un espacio de trabajo abierto y flexible, que con tres de sus cuatro fachadas completamente acristaladas se convierte en fiel reflejo de la agencia creativa que alberga en su interior.
Con una superficie de algo más de 200 metros cuadrados, el proyecto es obra de la firma local general design. Un espacio diáfano y luminoso, que potencia la creatividad de sus trabajadores. En él, los empleados se reúnen y participan de encuentros creativos en los que la comunicación es fundamental.
Fluidez visual y espacial
Con ambientes de trabajo diferenciados, nada obstruye la comunicación visual y espacial de la oficina. Desde largas mesas de trabajo a otras más privadas, o incluso una bancada donde sentarse o tumbarse a descansar.
Una cafetería a la entrada permite a los trabajadores disfrutar de un pequeño snack sin salir a la calle. Al otro lado y junto a las taquillas, una pequeña zona de estar aporta un toque doméstico al espacio.
El equipo de diseño eliminó los revestimientos existentes, tanto del techo como del pavimento, dejando así a la vista la estructura del edificio original. Un telón de fondo de hormigón visto, sobre el que se exponen las instalaciones, también a la vista.
Trabajar rodeado de luz y vegetación
La naturaleza juega un papel protagonista en la intervención, a través de elementos como luz natural, los materiales utilizados o la vegetación. La madera del mobiliario y la carpintería combinan a la perfección con los tonos neutros que caracterizan todo el espacio.
Paneles ligeros de madera y vidrio delimitan los distintos entornos, sin romper por ello la continuidad visual. Todos los objetos se han diseñado con el objetivo de potenciar la comunicación creativa. Desde las numerosas plantas que inundan el espacio, hasta los sofás antiguos o la gran mesa de roble.
Fotografía: Stirling Elmendorf
Trabajar rodeado de luz y vegetación
La naturaleza juega un papel protagonista en la intervención, a través de elementos como luz natural, los materiales utilizados o la vegetación. La madera del mobiliario y la carpintería combinan a la perfección con los tonos neutros que caracterizan todo el espacio.
Paneles ligeros de madera y vidrio delimitan los distintos entornos, sin romper por ello la continuidad visual. Todos los objetos se han diseñado con el objetivo de potenciar la comunicación creativa. Desde las numerosas plantas que inundan el espacio, hasta los sofás antiguos o la gran mesa de roble.
Fotografía: Stirling Elmendorf
Para más información visiten: General Design
Vía: diarioDESIGN
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