Ya hemos comentado alguna vez la potencia de la luz como elemento decorativo: A veces, ella sola puede decorar una casa entera, un espacio, una estancia, o, como en este caso, todo un escaparate.
Quizás por el contraste con la oscuridad que le rodea o por las posibilidades de color que ofrece, lo cierto es que la luz tiene un toque mágico con el que no cuenta ningún otro elemento. Tiene la capacidad de atraer nuestra vista y dejarnos embobados durante unos segundos… o varios minutos. ¡No en vano es la base de los fuegos artificiales!
La luz enfatiza y dirige la mirada a aquello que ilumina, por lo que es perfecta para la diseño de escaparates, especialmente por la noche o en zonas oscuras, ya que de día pierde el efecto, pues la luz del sol la fagocita.
Las posibilidades que nos ofrece la iluminación de escaparates son infinitas, ya que cada día surgen nuevas técnicas o nuevas luminarias que nos siguen sorprendiendo, pero a pesar de todo, sólo el talento creativo del escaparatista puede hacer que unos simples fluorescentes, colocados de la forma adecuada, conviertan el escaparate casi en una pieza de museo.
Bolas de papel, tiras de led, fluorescentes rectos o curvos o simples bombillas hacen las delicias de todos aquellos que amamos el diseño.
Vía: Decofilia
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