A la hora de decorar el comedor hay varios aspectos a tener en cuenta. Uno de ellos es el estilo, ya sea el clásico renovado (ideal para comedores elegantes), el rustic chic (para ambientes más cálidos) o un contemporáneo para un comedor más zen.
Otro factor importante son los asientos, eligiendo por ejemplo diferentes sillas para darle un toque original u optando por piezas de estilo escandinavo como la silla Eames para lograr un comedor de diseño muy actual.
Sin embargo, la pieza más voluminosa y en la que hay que poner más atención es la mesa. Por este motivo, hoy vamos a centrar nuestra atención en todo los tipos de mesas de comedor: descubriremos sus formatos y estructura, comprobando cómo ambos influyen en el diseño y decoración de esta estancia.
Forma
El primer factor a tener en cuenta a la hora de amueblar el comedor es el formato de la mesa, que vendrá determinado por el espacio y forma de nuestro comedor. Según sean sus dimensiones así deberá ser la mesa (más grande o más pequeña, rectangular o redonda, etc.)
Si el espacio nos permite varias posibilidades, entonces podremos elegir la mesa en función de nuestros gustos y hábitos a la hora de comer o cenar, lo que influirá en la forma de relacionarnos con los demás comensales (las mesas redondas por ejemplo facilitan más la conversación entre todo el grupo que las rectangulares, que se prestan más a la conversación entre los comensales más próximos).
En cuanto a forma, las mesas de comedor vienen fundamentalmente en cuatro formatos: cuadradas, redondas, rectangulares y ovaladas.
a) Cuadradas
Cuando buscamos un toque de diseño, originalidad y novedad, una de las mejores opciones es decantarse por una mesa cuadrada. Rara es la vez que pasa desapercibida por alguien que la ve por primera vez, lo más habitual es que a primera vista guste mucho por lo poco frecuente que es encontrarla en los comedores de amigos o familiares.
Sin embargo, antes de comprarla, hay que tener en cuenta si es apta para nuestro salón, ya que ésta deberá ser lo suficientemente grande para que los comensales que se sientan en las esquinas no acaben chocándose con las piernas al estar muy próximos los unos de los otros.
A favor de ella hay que decir que, al igual que con las mesas redondas, permite visualizar a todos los comensales de un vistazo y por lo tanto favorece la charla conjunta entre todos ellos.
Sin embargo, antes de comprarla, hay que tener en cuenta si es apta para nuestro salón, ya que ésta deberá ser lo suficientemente grande para que los comensales que se sientan en las esquinas no acaben chocándose con las piernas al estar muy próximos los unos de los otros.
A favor de ella hay que decir que, al igual que con las mesas redondas, permite visualizar a todos los comensales de un vistazo y por lo tanto favorece la charla conjunta entre todos ellos.
Al igual que ocurre con las cuadradas, las redondas promueven también la comunicación entre las personas que se sientan a la mesa.
Además, al ir centrada en el espacio para permitir el paso alrededor de ellas, se presta a ser el centro de atención de la sala.
Con una buena lámpara de techo que la haga resaltar y un centro de mesa, será la reina del salón.
Además, al ir centrada en el espacio para permitir el paso alrededor de ellas, se presta a ser el centro de atención de la sala.
Con una buena lámpara de techo que la haga resaltar y un centro de mesa, será la reina del salón.
c) Rectangulares
Las mesas rectangulares son las más habituales en la decoración del comedor. Por cómo están construidas las casas, suelen ser las más utilizadas al adaptarse mejor que ninguna otra al espacio. Además, si el comedor tiene un tamaño espacioso, la mesa puede adquirir dimensiones grandes para acoger a más de 10 comensales.
d) Ovaladas
Combinan la funcionalidad de las mesas de comedor rectangulares con la suavidad de líneas de las mesas redondas, aportando un aire más orgánico.
Eso sí, hay que tener en cuenta que según se llega a los extremos, habrá menos espacio para los platos y resultarán algo más incómodas.
Las mesas fijas tienen el inconveniente de no poder ampliarse si tenemos muchos invitados a comer, por lo que se hace imprescindible tener en cuenta la ubicación de las patas, ya que nos condicionarán a la hora de aprovechar el espacio, sobre todo si somos unos cuantos sentados a la mesa.
Afortunadamente, el mundo de las mesas extensibles nos ha facilitado el poder ampliar el número de comensales en circunstancias puntuales, sin privarnos de ese espacio extra en el día a día. Estas mesas permiten abrirlas cuando vienen muchos invitados y cerrarlas cuando sólo comemos en pareja o en pequeña familia para sentirnos más próximos.
Afortunadamente, el mundo de las mesas extensibles nos ha facilitado el poder ampliar el número de comensales en circunstancias puntuales, sin privarnos de ese espacio extra en el día a día. Estas mesas permiten abrirlas cuando vienen muchos invitados y cerrarlas cuando sólo comemos en pareja o en pequeña familia para sentirnos más próximos.
El sistema de apertura de las mesas extensibles es un punto a tener en cuenta, pues varía mucho dependiendo de la forma de la mesa. Veamos las más habituales:
a) Mesas extensibles radialmente
Características de las mesas redondas, son una opción poco habitual pero muy vistosa, dejando la pata en el centro ampliando simplemente la superficie del sobre.
b) Mesas con extensión central
Estas mesas se extienden arrastrando los extremos y sacando de su interior las piezas que completarán la mesa, que en ocasiones vienen sueltas para colocar sobre la estructura y en otras tienen incorporados sistemas flexibles que se adaptan al hueco de extensión.
c) Mesas con extensión en los extremos
Esta es una tipología bastante habitual, aunque en ocasiones puede resultar menos estable por los extremos que la de extensión central, por lo que habrá que cuidar el peso o los apoyos en estas zonas.
d) Mesas extensibles por giro
Típicas igualmente de mesas redondas u ovaladas, son una versión alternativa de las mesas con extensión en los extremos. Básicamente consisten en piezas de extensión situadas por debajo del sobre de mesa que se deslizan bajo la misma a través de un giro hasta colocarse a su altura.
Ideales para espacios pequeños o pisos donde sus habitantes no comen en mesa de comedor (sino en un sofá, por ejemplo), estas consolas-mesa permiten ahorrar espacio la mayor parte del tiempo, abriéndolas únicamente cuando se tienen invitados. Curiosamente, con este tipo de mesas la extensión puede llegar a ser larguísima, consiguiendo hasta 2,40m de media.
Patas de soporte
No menos importante a la hora de amueblar el comedor es decidir qué línea general de diseño queremos, y en ello entra en juego el tipo de patas de apoyo que mejor se adapte a nuestro estilo decorativo. Encontraremos sistemas de apoyo muy estéticos pero poco funcionales, por lo que habrá que prestar atención a este asunto, ya que en la mesa podemos pasar mucho tiempo y hay que considerar por tanto su comodidad y utilidad práctica.
a) Pata central
Este tipo de pata tiene la ventaja de que libera el perímetro de la mesa, resultando muy cómoda para todos los comensales, que no andan chocándose con la estructura. A cambio, la pata ha de ser robusta para resistir el peso de la mesa, que en el caso del comedor soporta mucha carga en los extremos. Por esta razón suelen venir con una base ensanchada que fortalece el soporte.
b) Patas en extremos
Este sistema de soporte tradicional es el más funcional, especialmente cuando las patas vienen enrasadas con el extremo del sobre de la mesa, liberando así todo el espacio bajo la misma para colocar las sillas. Este sistema permite una mayor comodidad de los comensales al no existir ningún obstáculo intermedio para su movimiento, resultando además una opción muy resistente.
Únicamente cuando la mesa sea muy larga habrá que reforzarla para que no se combe, bien con una estructura metálica bajo la misma, bien con una pata central adicional.
Únicamente cuando la mesa sea muy larga habrá que reforzarla para que no se combe, bien con una estructura metálica bajo la misma, bien con una pata central adicional.
Las patas retranqueadas ofrecen una visión diferente de la mesa, mucho más arquitectónica. Con frecuencia encontramos patas robustas que le otorgan un aspecto sólido y que, además, encaja muy bien en estilos como el Contemporáneo o incluso el Rústico. La desventaja es que limitan el espacio inferior, lo que con frecuencia obliga a algunos comensales a presidir la mesa en los extremos.
Las patas laterales en U funcionan estratégicamente para un mayor aprovechamiento del espacio interno bajo la mesa, al igual que ocurre las patas convencionales enrasadas en los extremos, solo que añadiendo un plus estético que estas últimas no tienen.
Su forma se crea a partir de un perfil en U que aporta ligereza visual sin renunciar a un soporte resistente. Es una buena opción si queremos un comedor de estilo contemporáneo con un cierto toque de diseño.
Su forma se crea a partir de un perfil en U que aporta ligereza visual sin renunciar a un soporte resistente. Es una buena opción si queremos un comedor de estilo contemporáneo con un cierto toque de diseño.
e) Patas de caballete
Apreciadas por su gran belleza, las patas de caballete tienen muchos adeptos, especialmente en los amantes del estilo escandinavo. El inconveniente es su poca practicidad. Son habituales en los espacio de trabajo como mesa de escritorio y algunas cuentan con una balda inferior que reviste su estructura y nos permite algo de almacenaje, pero en cambio suelen resultar poco idóneas como mesa de comedor al reducir considerablemente el espacio para ubicar las sillas y resultar incómodas para las piernas.
f) Pata cruzada
La pata cruzada proporciona buena estabilidad a la superficie de la mesa de comedor y, al situarse en los extremos, permite una total movilidad.
Su línea de diseño es robusta y por ello es la reina del estilo Rústico o el campestre Shabby Chic.
Una vez decidida la forma y estructura, ya sólo nos quedará elegir el material o el acabado más adecuado a nuestro estilo.
Vía: Decofilia
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