lunes, 9 de mayo de 2016

Construir una tradicional casita de pueblo, si le gustan las casas modernas.

El estudio francés GENS: Asociación Libérale d’Architecture es el autor de esta vivienda de vacaciones situada en la pintoresca y conservadora localidad alsaciana de Zutzendorf. No es extraño pensar cómo son las normativas urbanísticas; bastante tradicionales. Pero por suerte son sencillas: hacer la casa como la del vecino. Curiosa pero eficaz norma para mantener la arquitectura controlada en el pueblo. Además, de este modo no hay las consabidas envidias y todo el mundo está contento. ¿Cómo hacerse una casa en este entorno si lo que le gustan son las casas modernas?

Pero la pareja joven sin hijos que encargó el proyecto estaba convencida que quería una vivienda contemporánea. No parecía fácil satisfacer su demanda, y los arquitectos adoptaron la estrategia de ocultar un proyecto tipo loft dentro de una tradicional casa alsaciana. En el exterior todo parecía ‘normal;, no podía ni faltar un pequeño huerto como manda la tradición; hortalizas, verduras frescas, aromáticas y algunas flores se cultivarían en la parte trasera del jardín.
Para la construcción, el estudio GENS optó por un enfoque ligeramente ‘retorcido’ de la tradición: una gran cubierta a dos aguas descansaría sobre una base de dimensiones significativamente inferiores para lograr un efecto de desproporción.
El proyecto fue bautizado por los arquitectos con 
el irónico nombre de Disneyland en referencia a su estilo de ‘falso tradicional’. Un divertido homenaje a la curiosa política del pueblo y al resultado final: una combinación compleja de verdad y mentira. Observando la forma de la vivienda y sus dimensiones, uno no sabe dónde se detiene la tradición y donde comienza la modernidad.

Su fachada occidental está revestida de metal corrugado, mientras que la oriental está recubierta de tablones de alerce y cuenta con grandes contraventanas que hacen referencia a las de los establos vecinos. Otro juego entre lo contemporáneo y lo tradicional.
En el interior, la estructura de madera que sostiene la cubierta se deja vista, permitiendo que la luz natural que entra por la gran abertura situada en el frontón oriental se filtre hasta el suelo.
La planta baja se concibe como un espacio libre, totalmente abierto al jardín orientado al sur, simplemente estructurado por una sauna y una librería.
Sobre ella, se aloja entre las vigas de madera una pequeña entreplanta que se utiliza como habitación de invitados, estudio o como pequeña habitación para echar una siesta.
Este refugio escondido, con vistas a la planta inferior o al paisaje, es asombrosamente relajante y silencioso debido a las condiciones acústicas creadas por la estructura de cerchas de madera y el aislamiento de la cubierta.

El resultado final es tan sorprendente, que muchos visitantes preguntaron a los dueños si se trataba de una rehabilitación o de un edificio recién construido.

Para más información visiten: Gens
Vía: diarioDESIGN






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