Habitual es el quinto local que el estudio de diseño Francesc Rifé ha creado para el chef valenciano Ricard Camarena. Está en un edificio modernista del centro de Valencia, justo bajo una de las construcciones gastronómicas más emblemáticas de la ciudad: el Mercado de Colón. Supone una peculiar visión de la cocina mediterránea que se filtra a través de todos los poros de su piel. Comida confortable, en un entorno confortable y estéticamente, muy poco… habitual.
El eslogan de Habitual, “comida confortable”, es toda una declaración de intenciones gastronómicas e indicó desde un primer momento hacia dónde debía dirigirse el proyecto. A la vez, el restaurante debía introducir el concepto de la huerta valenciana, básico en la cocina de Camarena, que encierre una precisa selección de materias y productos de proximidad.
Para conjugar la calidez del ambiente y una carta que se nutre de la tradición, con productos de cercanía y mediterráneos, no hubo duda y se apostó por la madera natural. Aunque la auténtica línea maestra del proyecto son los cientos de círculos perforados que recorren toda la decoración del local, que ocupa 300 m2 y tiene capacidad para atender a 120 comensales.
¿Recuerdan el juego Master Mind? Pues, a nivel de interiorismo, esas perforaciones cumplen un poco esa función. Y así, los orificios más pequeños, por su parte, posibilitan la inserción de tapones de vino con los que se ha dibujado la figura de un pez de gran formato.
En la entrada, esta solución logra un efecto filtrante con el que se invita a descubrir la cocina de Ricard Camarena. Además, permite ver más de dentro hacia fuera que al revés. Esto produce una sensación de curiosidad desde fuera del local hacia dentro, y es una manera de crear un espacio menos visible, más íntimo.
El hecho de optar por un solo material, la madera de chopo, permite cubrir varias funciones: solucionar el tema de la acústica, dar calidez al espacio y crear un diálogo continuista de todos los elementos, lo que aporta su personalidad al local.
La madera establece un diálogo fluido con el entorno y con los símbolos de la cocina que Camarena ejecuta convertidos en elementos 3D de cerámica: alcachofas, zanahorias, pescado y carne.
Con el uso de estas aberturas circulares, y el de elementos como las ollas de Le Creuset, se buscaba también generar claridad geométrica e identidad. Asimismo, contribuyen desde el punto de vista técnico a la obra: tanto techos como paramentos perforados funcionan como buenos conductores del sonido.
Los elementos circulares, además, están muy vinculados a la cocina: las ollas, los tapones de corcho, los platos, los vasos o el gorro del chef son elementos redondos. Por los miles de agujeros de esta piel se cuelan, además, destellos gastronómicos de las costas italianas, de las islas, de la Provenza francesa, e influencias culinarias desde Girona hasta Tarifa.
Por su parte, las conducciones tubulares en rojo y la estructura original se han mantenido al descubierto. Tan sólo se han vestido las aberturas para alojar la iluminación. El resto se ha solucionado con lámparas incandescentes suspendidas, con las que a través de un sistema de regulación se alcanza a la intensidad de luz deseada.
Por su parte, las conducciones tubulares en rojo y la estructura original se han mantenido al descubierto. Tan sólo se han vestido las aberturas para alojar la iluminación. El resto se ha solucionado con lámparas incandescentes suspendidas, con las que a través de un sistema de regulación se alcanza a la intensidad de luz deseada.
Para más información visiten: Restaurante Habitual, Francesc Rifé
Vía: diarioDESIGN
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