lunes, 29 de abril de 2013

Onico Hair&Nail, un bosque encantado en un salón de Osaka donde el peluquero lava cabezas y diseña muebles.

Puede parecer surrealista pero en Japón todo es posible. Onico Hair&Nail, en Osaka, reúne las dos pasiones de las personas involucradas en el proyecto: el amor por los bosques del diseñador, Ryo Isobe, y la afición del dueño, el prestigioso peluquero Seiichi Okino, por fabricar muebles él mismo. El resultado es más parecido al juego de la Búsqueda del Tesoro que a una peluquería sólo que en lugar de monedas de oro aquí hay objetos y muebles antiguos.

Todo empezó cuando el peluquero contrató a Isobe para que se encargase del interiorismo del salón, el primero que abre. “Me dijo: ‘quiero hacer muebles, espejos… me gusta hacer cosas’”, ha explicado el diseñador. “Entonces vi un espejo hecho por él y me quedé sorprendido por la calidad. Así que pensé ‘este local necesita ser un lugar hecho por él’”.
Isobe, por otra parte, quería cumplir sus máximas a la hora de asumir un nuevo proyecto: que el diseño del local corresponda a la clase de clientela que acudirá a él y que el lugar siempre ofrezca una experiencia agradable para éstos.
Para ello tiró de sus recuerdos infantiles y su amor por el bosque. “Me divertía mucho descubriendo sus criaturas y frutos”. Así que convirtió este local de 73 metros cuadrados situado en Toyonaka, una zona residencial área metropolitana de Osaka bastante frondosa, en un acogedor con la naturaleza muy presente y donde las criaturas de la ciudad se diviertan descubriendo los objetos de Okino.
En este bosque, donde se escucha el sonido del agua tal cual riachuelo, hay abedules auténticos y hasta un búho (de peluche) en sus ramas.
Las cabinas de belleza se inspiran en las casas de hadas y otros habitantes del bosque. Puertas y ventanas de medio punto, verjas y espejos de talla romántica, llamadores antiguos y colores sacados de cuentos crean un mundo de fantasía.
El mobiliario procede de diferentes puntos. Los espejos son la aportación del peluquero. El mostrador de la recepción, las sillas y la lámpara de araña las compraron en tiendas de antigüedades francesas. El mueble para los champús, por su parte, es un antiguo estante japonés de una consulta médica. Las bombillas desnudas también son japonesas.
Entre los objetos curiosos, aparte de las barandillas oxidadas y los árboles procedentes de la isla de Hokkaido, destacan los marcos de fotografía antiguos o el aparador dorado.
Por el día el salón es muy luminoso. Ello se debe a que tanto las paredes, los techos, los suelos y hasta los árboles son de color blanco. No hay marcos en las puertas y, a veces, ni siquiera puertas, lo que genera limpieza en la escenografía, reforzando el protagonismo del blanco.
Por la noche el salón se convierte en un auténtico bosque encantado gracias a una iluminación tenue y anaranjada que recuerda a las luces de las hadas de fantasía. Farolillos, lámparas y bombillas suspendidas del techo crean el efecto.
El estudio que encabeza el diseñador, R.Isobe + Office for Design, también se ha encargado del paisajismo del exterior, en el que se ha tratado de integrar elementos de la naturaleza como la madera en los bajos del edificio de estilo moderno donde se encuentra la peluquería.
Para más información visiten: Onico Hair&Nail, Ryo Isobe


















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