jueves, 23 de febrero de 2012

Estilo neoclásico en decoración

El estilo neoclásico tuvo su desarrollo a partir de la excavación de las ruinas de las ciudades italianas de Pompeya y Herculano, en 1748. fue el historiador alemán Johan Winckelmann, quien alentó al estudio e imitación del estilo grecorromano, por sus formas ideales y duraderas.


Este estilo se extendió a las artes decorativas. Ya en 1760, Robert Adam construyó muebles con motivos grecorromanos en Inglaterra. Posteriormente se introdujo en Francia, y fue adoptado por la corte de Luis XV. De las adaptaciones posteriores, surge el estilo Luis XVI.

La decoración estilo neoclásico:

Los ambientes decorados con el estilo neoclásico, resultan de gran elegancia y equilibrio. Si bien surge en el siglo XVIII, su consolidación se da en el siglo XIX. Su característica es la moderación y la simplicidad de líneas.

El mobiliario de inspiración grecorromana, combina con interiores bien proporcionados y formas claras.

El gusto por las formas antiguas se refleja en la producción de objetos decorativos; lámparas con pie en forma de columna jónica; patas de mesa con forma de león, son las características ornamentales, que conectan con otras tradiciones estilísticas de la antigüedad.

El uso de mobiliario con reminiscencias clásicas es el recurso más efectivo para obtener un interior en estilo neoclásico. También se toman elementos tradicionales para adaptarlos en forma original a los nuevos ambientes. Por ejemplo, una mesa redonda con tapa de falso granito, sustentada en una urna clásica, o un diván con forma de triclinio, adornado con hojas de laurel y acanto.

Los muebles más utilizados en los interiores neoclásicos son: las sillas doradas con respaldo en forma de jarrón, las mesas auxiliares semicirculares, las sillas con patas de tijera y asiento cóncavo, las banquetas en forma de X, las mesas con un solo pie, mesas y sillas con esfinges o cariátides talladas en las patas, entre otros.

Los suelos de mármol, madera de pino lavado o roble, las paredes estucadas, o esponjadas con colores pálidos, recuerdan deliberadamente a la antigüedad clásica.

Los interiores neoclásicos respetan los principios de simetría, forma y claridad. Las combinaciones imaginativas crean una atmósfera que se adapta a los objetos del pasado y a las necesidades de la vida moderna simultáneamente, logrando ambientes de gran elegancia pero muy acogedores.

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