Antes de que llegue el invierno, hay que preparar el sistema de calefacción de la vivienda y asegurarse de que se encuentra en perfectas condiciones y funciona correctamente. La caldera es un elemento esencial entre los que componen el sistema de calefacción. Uno de los problemas más frecuentes que presenta este tipo de aparatos es el de los súbitos cambios de presión.
Para prevenir estos problemas lo ideal es disponer de un servicio de mantenimiento regular que haga una revisión cada año al empezar la temporada de invierno.
En esta ocasión, hablaremos de los casos en los que la presión de la caldera sube y cómo bajar la presión de la caldera. Es un problema peligroso que puede tener consecuencias graves y que, en la mayoría de los casos, tiene una solución sencilla y rápida.
¿Cómo bajar la presión de la caldera?
Antes de ponernos manos a la obra es necesario saber cuál es la presión correcta a la que debe estar una caldera. La presión del agua de la caldera está especificada en el manual de instrucciones de cada marca y normalmente está entre 1,0 y 1,5 bares.
La presión se mide en frío y sus valores pueden verse en el barómetro que incorpora el propio aparato o en el visualizador o display si es digital.
Al encenderse la calefacción, es normal que la presión del agua de la caldera suba un poco, hasta 1,8 o 2,0 bares. Si sube hasta los 3,0 bares, se abrirá una válvula de seguridad automática para liberar el exceso de presión. Es el mismo sistema que el de la olla exprés. Sin embargo, esta válvula no debería saltar. Si lo hace es porque se ha producido alguna avería o fallo de alguno de los componentes de la caldera como el depósito de expansión, la válvula de llenado o el intercambiador de placas.
Presión alta con la caldera apagada
Si la presión sube estando la caldera apagada, puede ser porque la llave de llenado de la caldera está abierta o que el intercambiador de placas está comunicado.
Llave de llenado abierta
En este caso, hay que comprobar que la llave de llenado de la caldera está bien cerrada, ya que de no ser así entrará continuamente agua al circuito y la presión de la caldera subirá. Para bajar la presión de la caldera, habrá que poner en práctica alguno de estos procedimientos:
Cerrar la llave
Para bajar la presión de la caldera hay que cerrar bien la llave y comprobar seguidamente si la presión se normaliza. Si es así, el problema se habrá resuelto.
Si tras esta maniobra la presión no baja, el método más sencillo y menos peligroso para bajar la presión de la caldera consiste en purgar los radiadores y eliminar las posibles burbujas de aire que haya en su interior.
Para ello, se procederá de la siguiente manera:
Con el circuito en frío y provistos de un destornillador de punta plana y un bote, vaso o cualquier recipiente apropiado para recoger el agua, se abre lentamente el purgador de un radiador con el destornillador en sentido contrario a las agujas del reloj.
Primeramente, saldrá el aire acumulado en el interior del radiador y seguidamente comenzará a salir aire mezclado con agua. Poco después, solo saldrá agua. En este momento, cerrar el purgador y comprobar si la presión de la caldera ha bajado hasta dejarla en 1,0 o 1,2 bares.
Repetir la operación si no se han conseguido esos valores o, por el contrario, si se han quedado por debajo de esas cifras, abrir la llave de llenado hasta alcanzarlos.
Repetir la operación si no se han conseguido esos valores o, por el contrario, si se han quedado por debajo de esas cifras, abrir la llave de llenado hasta alcanzarlos.
Abrir la válvula de sobrepresión
También se puede bajar la presión de la caldera cuando esta está apagada abriendo la válvula de sobrepresión de la caldera. Sin embargo, este método no es recomendable porque pueden quedar partículas de suciedad en la junta y provocar que la válvula cierre mal y se quede goteando.
Abrir llave de vaciado
Si la instalación tiene llave de vaciado, puede abrirse esta para bajar el exceso de presión. Pero este método es el menos recomendable de todos porque se corre el riesgo de pasarse el cierre y quedar siempre abierta la llave provocando una continuada bajada de presión por pérdida de agua en el circuito.
Avería en el intercambiador de placas
La otra causa que puede hacer subir la presión estando la caldera apagada es una avería en el intercambiador de placas. En este elemento se produce el intercambio de temperatura entre el circuito interno de la caldera (calefacción) y el agua caliente sanitaria (grifo, ducha, etc.). Si ambos circuitos se comunican, se produce un aumento de la presión.
En este caso, hay que cerrar la llave de llenado de la caldera y requerir los servicios de un técnico especializado para sustituir el intercambiador.
Presión alta con la caldera encendida
Un indicio claro de que existe una avería en el vaso de expansión es cuando la válvula de seguridad se abre por exceso de presión al poco de estar encendida la calefacción, o cuando tras apagarse y enfriarse el agua la presión baja a mínimos o incluso no existe.
El vaso de expansión es un depósito que suele estar en el interior de la caldera. Este dispositivo se encarga de absorber el exceso de presión que se produce cuando se calienta el agua del circuito de calefacción. Se trata de un recipiente cerrado dividido en dos cámaras por una membrana de goma que, en una de ellas, tiene el agua del circuito de calefacción y, en la otra, aire o un gas inerte (generalmente nitrógeno). Al aumentar la presión del agua cuando se calienta, la membrana se comba y comprime el gas, que de esta manera absorbe la presión sobrante. Asimismo, cuando el agua se enfría, cede presión al sistema y vuelven los valores iniciales.
La avería en este componente puede deberse a que la membrana esté picada o a la pérdida de aire o gas. En ambos casos, para proceder a la reparación de la avería, es imprescindible la intervención de un técnico que tenga la homologación adecuada para el mantenimiento y reparación de calderas y esté en posesión de carnet de instalador de gas.
Las calderas de gas no se deben manipular sin tener los conocimientos y acreditaciones necesarias para ello por el peligro que representa. En caso de avería de alguno de los componentes de las mismas, lo correcto es avisar al servicio técnico para que proceda a su reparación o sustitución.
Por tanto, para bajar la presión de la caldera una persona no profesional en la materia, debe limitarse exclusivamente a realizar las operaciones anteriormente descritas de purgado de los radiadores y comprobación del cierre de la llave de llenado de la caldera.
Vía: Hogar Mapfre
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