Dos viviendas independientes, en estado de absoluto abandono y devastación, y situadas en las plantas baja y entresuelo de un viejo bloque de viviendas del Raval, en Barcelona, son el origen del duplex en Barcelona Tibbaut. Una casa diáfana y luminosa, donde nada hace intuir su 'oscuro', y no tan lejano, pasado.
Un gesto claro y directo define este proyecto de raul sanchez architects. Dos cuadrados de 2 metros de lado, situados en el centro del espacio y girados 45º respecto al eje dominante. Sin tocar los paramentos y solapados en uno de sus vértices, su geometría perfecta se impone a la irregularidad preexistente.
Dos cubos girados
La posición girada de estos nuevos elementos respecto a la planta original ordena el espacio en torno a ellos. Los usos se especializan sin la necesidad de puertas u otro tipo de elementos separadores, sólo presentes para aportar privacidad a baños y dormitorios. La posición de los volúmenes respecto a los muros genera muy distintos ámbitos.
Por deseo de la nueva propietaria, se situaron los espacios principales en el entresuelo, reservando la planta baja para un uso más versátil. Una distribución abierta, que según las necesidades de cada momento se puede utilizar como salón, estudio o zona de trabajo.
Los dos cubos albergan usos muy diversos. Con el dormitorio principal en la entreplanta, y espacios de aseo y office en la baja del primero de ellos, el más alejado de la entrada aloja la escalera. Su pintura dorada, mezclada con polvo de oro y barnizada, destaca sobre el blanco telón de fondo de los paramentos.
La rotundidad de la propuesta se combina con una complejidad espacial donde nada es evidente. Pintada de negro en su interior, la escalera se oculta en uno de los volúmenes. Con un trazado en espiral nada casual, ésta busca sorprender al usuario en los desembarcos.
Riqueza espacial
Múltiples ejes de simetría como los situados en los vértices de los cuadrados duplican los recorridos. Una experiencia espacial potenciada por la existencia de dos posibles salidas en el desembarco de la escalera en la planta baja.
Tres pinturas existentes de origen brasileño justo a la salida de la escalera decoran la planta baja. Su existencia fue determinante para que la propietaria, también brasileña, comprase las dos casas.
Riqueza espacial
Múltiples ejes de simetría como los situados en los vértices de los cuadrados duplican los recorridos. Una experiencia espacial potenciada por la existencia de dos posibles salidas en el desembarco de la escalera en la planta baja.
Tres pinturas existentes de origen brasileño justo a la salida de la escalera decoran la planta baja. Su existencia fue determinante para que la propietaria, también brasileña, comprase las dos casas.
El baño de la planta alta es la estancia más privada de la casa. A modo de espejo se desdobla junto a él su negativo, un espacio vacío a doble altura que comunica ambas plantas.
Al igual que la escalera, el dormitorio se ha teñido de negro. Una suerte de cueva excavada en uno de los volúmenes, que se ha cubierto de tableros de madera OSB pintados y barnizados de negro.
El forjado de la planta alta no llega a tocar la fachada y se interrumpe con un plano de vidrio que favorece la fluidez visual que caracteriza todo el duplex.
Los marcos de puertas y ventanas son de latón o acero negro, en función del espacio al que dan acceso. Igual ocurre en las bisagras, de latón o cromadas. “El código de material y color depende del carácter del elemento al que se aplica. De si es nuevo o viejo, o su situación en el exterior o interior de los cubos” señala el arquitecto.
Todos los elementos –luces, pomos, rociadores, sumideros– se colocan girados 45ºrespecto a la superficie donde se insertan. Además, el duplex está dotada con calefacción por suelo radiante mediante un sistema de aerotermia.
Fotografía: José Hevia
Para más información visiten: Raul Sanchez Architects
Vía: diarioDESIGN
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