Si pensamos en un local de curry asiático puede que lo asociemos a lugares de comida rápida y sin ninguna pretensión estética. De ahí lo sorprendente de este proyecto, porque está pensando para disfrutarlo más allá de lo que dura el plato. Acudir con los amigos y quedarse a la sobremesa no es nada descabellado. Y es la prueba, además, de que la estética oriental de aire contemporáneo también puede funcionar en un restaurante más casual. Y si no, échenle un vistazo a Cari de Madame, en Taipéi (Singapur).
Cabe decir que detrás de esta fórmula hay un estudio de diseño premiado fuera de sus fronteras: Taipei Base Design Center, con el interiorista Janus Huang a la cabeza.
Su trabajo en Cari de Madame tiende hacia la limpieza visual del espacio y una elegancia que descansa sobre los códigos del minimalismo y la funcionalidad.
La principal herramienta es el uso del color negro, protagonista absoluto. Y no porque esté en todas partes, sino por la neutralidad del resto de la paleta: la barra de cemento, mobiliario de madera oscura, etc. Y luego encontramos líneas doradas, hacia donde realmente se desvía la mirada. De hecho, está hecho a propósito ya que ellas son las que definen los espacios del local.
El restaurante está ubicado en el bajo de un edificio que goza de una gran iluminación natural debido a los grandes ventanales que han instalado para que la conexión con el exterior sea lo más directa posible. Y esto lleva, por tanto, a distribuir las mesas de manera que los comensales puedan disfrutar de las vistas. Es por ello que la mayoría están junto a las ventanas; esto genera un comedor, esto genera un centro del comedor despejado.
La limpieza visual se concreta en pequeños detalles como la clase de mobiliario. Cuantas menos sillas, mejor. De ahí que los bancos corridos ocupen gran parte del perímetro.
Por último, destacamos un detalle propio de un estudio que cuenta entre sus galardones un Red Dot Design Award: el diseño visual del menú. Original desde el punto de vista estético y muy útil a la hora de hacer un pedido. Se trata de un juego de placas y una tabla, en el que cada placa representa un alimento seleccionado. Las placas, por su parte, se dividen en dos grupos, las realizadas en metal para el plato principal (ternera, cerdo, pollo, etc.) y en madera para las guarniciones y los postres.
Fotografías: Taipei Base Design Center
Para más información visiten: Taipei Base Design Center
Vía: diarioDESIGN
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