Dentro de la casa, la madera y la luz se alían para crear un espacio de vida que emana calidez. Las lamas de madera de roble cubren el suelo, las paredes y el techo del primer piso en el que se ha creado un espectacular volumen que, como si se tratara de una rama que se arquea y se deforma, recorre toda la planta. Su carácter escultural choca con el diseño clásico y artesanal de la escalera de la entrada, donde el volúmen se despliega para subir al segundo piso como “una flor que se abre hacia la luz del sol, que entra en el espacio a través de una gran claraboya”.
El arquitectónico volumen es el elemento encargado de organizar este primer piso, donde se encuentran las áreas más públicas, tales como la entrada, la sala de estar, el comedor y la cocina. Explican desde el estudio que esto “crea una experiencia de movimiento que conduce al segundo piso, donde se han ubicado las estancias más privadas que incluyen las habitaciones de los tres niños y la suite principal”.
Además de aportar un alto valor estético, el volumen, que se despliega por encima de la cocina, también se encarga de ocultar los conductos de la ventilación y la nueva estructura. Ésta cuenta con una imponente viga de acero de 10 m de largo que soportar el piso superior.
De esta manera, la madera da a la casa una sensación homogénea, natural y viva. Técnicamente, demuestra como este material puede utilizarse para proporcionar soluciones flexibles y complejas con un acabado de alta calidad, tanto a nivel estético como funcional.
De esta manera, la madera da a la casa una sensación homogénea, natural y viva. Técnicamente, demuestra como este material puede utilizarse para proporcionar soluciones flexibles y complejas con un acabado de alta calidad, tanto a nivel estético como funcional.
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