Barcelona ha sido la ciudad elegida para el desembarco total de la marca argentina de zapatillas Paez, que en los últimos años se ha convertido en uno de los calzados más populares del verano en la Ciudad Condal. Por ello, han escogido un local de 150 m2 de la céntrica calle Petritxol para abrir su primera flagship en Europa, creada por Studiostore.
La “buena onda” que se ha convertido en seña de identidad de Paez a lo largo de sus colecciones encaja a la perfección con Barcelona y su ambiente. Se ha dotado al local por ello de un aire general muy relajado, amigable, en definitiva una puerta en el espacio y tiempo ciudadano para proyectar esa agradable sensación de estar en un lugar de vacaciones dispuesto a disfrutar.
La intervención realizada en la estructura inicial es mínima, ya que se han mantenido el color de columnas y techos originales, pero la primera decisión importante fue el acabado del suelo, ya que al ser una marca de zapatos, el suelo acaba siendo el soporte y el fondo para la visión del calzado cuando el cliente lo prueba.
El material escogido para el interiorismo tenía que ser económico, sincero, natural y flexible. Para el estudio y la marca eso sólo significa un nombre: el pino, en tablones para el suelo y en tableros machihembrados en las paredes para enmarcar dentro una serie de paneles el producto, haciendo un guiño a la anterior función del espacio como galería de arte.
Se han aplicado también una serie de detalles cromáticos para aportar más vida, en formas geométricas en su mayoría triangulares, y colores vivos… que a pesar de parecer colocadas al azar ayudan a camuflar las juntas de los tablones.
La pared recubierta de paneles plantea un juego de displays totalmente intercambiable y versátil para que la exposición sea siempre coherente a las necesidades.
La tienda cuenta también con el espacio Paez Lab, en el que se muestran nuevas colecciones, los productos más destacados y algunas de las colaboraciones con otras marcas.
Y en la entrada otro material clave por su relación con el calzado y su sinceridad y economía: el cartón. Junto a un techo de bombillas colgantes azules y amarillas es protagonista de un escaparate vitalista, particular y diferente, que se inspira en el mar y el sol, dos elementos muy Paez y muy barceloneses.
La pared recubierta de paneles plantea un juego de displays totalmente intercambiable y versátil para que la exposición sea siempre coherente a las necesidades.
La tienda cuenta también con el espacio Paez Lab, en el que se muestran nuevas colecciones, los productos más destacados y algunas de las colaboraciones con otras marcas.
Y en la entrada otro material clave por su relación con el calzado y su sinceridad y economía: el cartón. Junto a un techo de bombillas colgantes azules y amarillas es protagonista de un escaparate vitalista, particular y diferente, que se inspira en el mar y el sol, dos elementos muy Paez y muy barceloneses.
Para más información visiten: Paez, Studiostore
Vía: diarioDESIGN
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