Entrar en el corazón de La Mancha y no encontrar ni Quijotes, ni molinos… ni siquiera un arado haciendo referencia al trabajo en el campo. Pues eso es lo que han propuesto desde PKMN Architectures para la oficina de turismo de Alcázar de San Juan: alejarse de los tópicos e insistir sobre el concepto desde un punto de vista minimalista.
La extrusión de cada una de las letras de Turismo Alcázar hace que el cartel se convierta en un reclamo tridimensional, dentro y fuera de la oficina. En el interior delimitando la estructura de los puestos de trabajo, y en el exterior convertido en rótulo dinámico.
Una oficina de turismo no es más que un intercambio entre personas, en definitiva. Unas, que lo saben todo sobre Alcázar de San Juan, tierra de molinos, de gachas, de Quijotes y Dulcineas, de posadas, de pisto y asadillo… Y otras, que han llegado hasta allí para disfrutar de esas experiencias. Unas pequeñas gradas posibilitan ese tipo de conversaciones frente a un mapa, historias, anécdotas, encantos y recomendaciones. Al fin y al cabo, una oficina de turismo es un lugar de intercambio, la puerta de entrada a un lugar… el escaparate de todo un territorio.
Para más información visiten: PKMN Architectures
Vía. diarioDESIGN
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