Hoy le traemos otro espacio místico con diseño de firma. Esta vez el restaurante L’Hort del Rector, perteneciente al grupo de cátering El Ginjoler y situado en el Monasterio de Sant Feliu de Guíxols, en el Baix Empordà (Girona).
La obra es del ESTUDI en blau, y está inspirado en el mensaje de la Orden que lo fundó, la de San Benedicto: Ora et Labora. Oración y trabajo, por tanto, guían un proyecto cuyo comedor está ubicado en el antiguo refectorio y en el que si bien no se está obligado a comer en silencio, como hacían sus miembros, sí puede, al menos, disfrutar de la espiritualidad que desprende.
La cocina del restaurante también está situada en el mismo lugar donde cocinaban los monjes hasta 1835. Actualmente acoge el Museo de Historia de Sant Feliu de Guíxols y el Espai Carmen Thyssen, que acoge exposiciones temporales de la colección pictórica de Carmen Thyssen-Bornemisza.
Siguiendo el mensaje de la orden, la filosofía del trabajo de rehabilitación e interiorismo del restaurante pasa por la sencillez, tanto en los materiales como en el resultado, para mantener la idea benedictina de pobreza.
Como contábamos en el primer párrafo, la vida monástica de esta orden está marcada por un doble ritmo: la plegaria de alabanza a Dios y el trabajo manual. El estudio catalán, capitaneado por la diseñadora de interiores Carme Saurina, ha querido plasmar esta dualidad en el proyecto.
El concepto ora está representado en el mismo espacio arquitectónicos cuya estructura destila grandiosidad y contemplación. Y los votos de pobreza, en la desnudez de las paredes, a las que han despojado de los elementos que se le habían añadido en diversas reformas, dejándola como un “lienzo” blanco, explica el estudio.
Sólo se han permitido una licencia decorativa: pinturas murales referidas al trabajo manual en el campo y la cocina.
A nivel arquitectónico también han potenciado la verticalidad del espacio y determinados elementos – como los arcos, capiteles y rosetones – a través de la luz
El concepto labora está representado en la distribución del propio restaurante. Pero más que reflejar el trabajo en el campo, lo que se ha plasmado en la sensación de recogimiento.
¿Cómo? A través de bancos móviles, colocados formando esquinas, se han creado unas celdas, o unos compartimentos como describe el estudio, separados de los muros perimetrales. Estas cajas ofrecen una mayor intimidad gracias a los altos respaldos de los bancos, que se han diseñado expresamente para el lugar. Esta solución, por cierto, también elimina el eco y la resonancia del espacio.
Los bancos, por su parte, se han realizado en chapa de madera perforada para poder decorarlos con labores de punto de cruz. Entre el mobiliario destacan los pufs y alfombras de la firma Gan- Rugs, de Gandía Blasco.
En cuanto a la iluminación, han optado por mesas con lámparas flexo, cogidas a los bancos, diseñadas y realizadas expresamente también para el restaurante. Destacan las lámparas colgantes hechas con cacharrería de cocina.
Para más información visiten: El Ginjoler, Monasterio de Sant Feliu de Guíxols, Estudi en Blau, Gan Rugs
Vía: diarioDESIGN
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