La noche de Pamplona tiene un nuevo punto de encuentro, la discoteca Canalla, cuyo diseño se debe al estudio de arquitectura Vaillo+Irigaray Architects con sede también en dicha ciudad.
El proyecto plantea la re-estructuración de una antigua discoteca ya existente, cuyo discurso se basaba en los destellos de las luces de colores en una caja oscura.
Conceptualmente la discoteca se concibe como un sintonizador de luz, sonido y movimiento… de este modo la organización se basa en un tratamiento gradual de los tres elementos. El centro del local se configura como zona de baile y máxima vibración -nervioso y compulsivo-. Acero negro y latón conforman la paleta constructiva del proyecto.
Los extremos se presentan serenos y acogedores donde suelo, paredes y techo se conforman como cajas doradas capaces de captar los destellos de la zona central ofreciendo unos brillos matizados…
La barra longitudinal que recorre todo el local se muestra como hilo conductor de la graduación espacial.
Es un ejercicio de control del destello, la vibración y el reflejo; alejado, por tanto, de los habituales cánones de concepción espacial, que en este caso se desfiguran, promoviendo un entorno líquido capaz de absorber las tensiones entre lo compulsivo y lo sereno, entre la vibración y la reverberación.
Es un ejercicio de control del destello, la vibración y el reflejo; alejado, por tanto, de los habituales cánones de concepción espacial, que en este caso se desfiguran, promoviendo un entorno líquido capaz de absorber las tensiones entre lo compulsivo y lo sereno, entre la vibración y la reverberación.
Para más información visiten: Canalla, Estudio Vaillo+Irigaray
Vía: diarioDESIGN
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