
La demolición de la vieja edificación dejó libre una parcela de 56 m2 donde el estudio de arquitectura proyectó la nueva. En sus tres plantas y por petición de los propietarios, se distribuyeron un patio, una zona lounge, una sala de estar y un dormitorio principal con baño.

Exteriormente, la nueva casa muestra un intenso contraste con la existente y su fachada pintada de blanco rompe deliberadamente con las proporciones más clásicas de las otras viviendas de la calle.
En el interior, el viejo y el nuevo espacio se interrelacionan de forma fluida con un estilo contemporáneo y acogedor. El mobiliario fijo fue diseñado en colaboración con el arquitecto de interiores Kalle Block.De esta manera, las dos casas juntas se sienten como un único espacio donde disfrutar de la vida diaria.
Para más información visiten: P8 Architecten
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