Este pequeño apartamento de 54 m2 conserva parte de su historia, perfectamente integrada en una decoración muy actual. Para ello se han eliminado todas las paredes innecesarias con el fin de aumentar al máximo la sensación de espacio.
Su distribución es homogénea y fluida, con dos zonas claramente diferenciadas e independientes: habitación y zona de estar. Me ha encantado el efecto visual del pequeño pilar que hay en la entrada, porque actúa de distribuidor entre el vestíbulo, la cocina y el salón, al mismo tiempo que mantiene totalmente abiertos los espacios.
Evidentemente, y como no podía ser de otra forma, la cocina es abierta e integrada en el salón, aunque se mantiene una cierta sensación de independencia gracias a la mesa de comedor y, sobre todo, al pilar que hace las veces de distribuidor.
Para la decoración se han utilizado muchos elementos reciclados, como el baul junto al sofá, el cajón de madera que hace de mesita de noche o la escalera de mano convertida en zapatero. El resultado es muy atractivo porque reune calidez, solera y funcionalidad.
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Vía: dintelo
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