martes, 10 de junio de 2014

Columna

Una columna (misma palabra en latín, derivada de columen, "sostén", "soporte") es un elemento arquitectónico vertical y de forma alargada que normalmente tiene funciones estructurales, aunque también pueden erigirse con fines decorativos. De ordinario, su sección es circular, pues cuando es cuadrangular suele denominarse pilar, o pilastra si está adosada a un muro.
La columna clásica está formada por tres elementos: basa, fuste y capitel.


Historia
Una columna puede ser asimilada a un tronco de árbol sobre el que se apoya un techo, la basa se correspondería con la cepa del árbol, el fuste con el tronco y el capitel, el nacimiento de sus ramas más gruesas. Según esta analogía, autores como Vitruvio piensan que las primitivas columnas imitaban a los árboles, pues en realidad terminaron por sustituir los troncos por columnas de piedra, más duraderas, llevando además, siguiendo con la analogía, el ver en la corteza del árbol las acanaladuras de los fustes.
Todas las grandes civilizaciones de la Edad del Hierro en el Oriente Próximo y el Mediterráneo han utilizado columnas. En la arquitectura del antiguo Egipto ya en el 2600 a. C., el arquitecto Imhotep hizo uso de columnas de piedra. Se inspiró en las formas de la naturaleza vegetal de su tierra para transformar e imaginar los haces de cañas utilizados en su primitivos alojamientos como elementos sustentantes en forma de columnas, componente básico de la arquitectura de piedra. Posteriormente, el fuste cilíndrico también fue comúnmente empleado. La decoración de sus fustes podrá asimilarse a juncos atados y sus capiteles, estilizaciones de motivos florales en forma lotiforme (flor de loto), papiriforme (umbela de papiro), palmiforme (hoja de palmera) o campaniforme.
Algunas de las columnas más elaboradas del mundo antiguo son las de los persas, especialmente las enormes columnas erigidas en Persépolis cuyos capiteles estaban decorados con prótomos de toro. Los egipcios, persas y otras antiguas civilizaciones utilizaron las columnas, de forma práctica, para sostener los tejados de sus edificios, utilizando los muros decorados exteriormente con relieves o pinturas. La civilización greco-romana, de hecho, utilizó las columnas tanto en el interior como en el exterior de los edificios, sobre todo en los pórticos, siendo los griegos quienes desarrollaron los órdenes clásicos de la arquitectura.
Las columnas, o al menos, las exteriores estructurales, fueron menos importantes en la arquitectura de la Edad Media, y las formas clásicas fueron abandonadas tanto en la arquitectura bizantina como en la románica y gótica en favor de formas más flexibles, con capiteles de diferentes tipos de decoración vegetal o figurativa. La arquitectura renacentista con ganas de revivir el vocabulario y estilos clásicos, utilizando variaciones de los órdenes clásicos permaneció de modelo para la posterior formación de los arquitectos en la arquitectura barroca, rococó y neoclásica.
Componentes y ejemplos de columnas
Una columna suele estar formada por tres elementos:
A – Capitel
B – Fuste
C – Basa
En la arquitectura clásica, el fuste descansa sobre la basa y el elemento que sostiene la columna reposa sobre el capitel. Las proporciones y decoración de estos elementos se rigen por los órdenes arquitectónicos.
Véase la ilustración de los tres componentes en una columna de orden jónico. Otros ejemplos de columnas con diferentes estilos arquitectónicos:
hindú
persa
egipcio
cretense
románico
gótico
renacentista
barroco
Clasificación
En relación con otros componentes del edificio
Atendiendo a su disposición en relación con otros componentes de un edificio, pueden distinguirse estos tipos de columnas:
Columna aislada o exenta: La que se encuentra separada de un muro o cualquier elemento vertical de la construcción o edificación.
Columna adosada: La que está yuxtapuesta a un muro u otro elemento de la edificación.
Columna embebida: La que aparenta estar parcialmente incrustada en el muro u otro cuerpo de la construcción.
Columna entrega o entregada: La que está adosada pero cuyo fuste no es de una sola pieza, sino formada por trozos que están empotrados en el muro, formando parte de éste.

Según los órdenes arquitectónicos clásicos


En razón de su pertenencia a alguno de los órdenes arquitectónicos clásicos, la columna puede ser:
Columna dórica
Columna jónica
Columna corintia
Columna toscana
Columna compuesta

Según el fuste

Tomando el todo por la parte, es habitual clasificar las columnas según el tipo de fuste que posean. Así, cabría relacionar las siguientes:

Columna lisa: Aquella que no tiene ni acanaladuras ni adornos.
Columna agrupada: La que posee varios fustes con una base y capitel comunes (típica del Gótico).
Columna estriada o acanalada: Aquella cuya forma posee estrías o acanaladuras ornamentales en toda su longitud.
Columna fasciculada: La que está conformada por una serie de delgados fustes, similares, agrupados a modo de haz.
Columna fajada o anillada: La que tiene su fuste despiezado en tambores, anillos o fajas de distinto diámetro.
Columna geminada: La que tiene fuste doble.
Columna románica: La que tiene su fuste cilíndrico y no tiene acanaladuras verticales como en la arquitectura clásica, sino liso o, en el caso más complejo, lleva sogueados o decoración geométrica (zigzag) o vegetal.
Columna salomónica: La que tiene fuste torsionado en forma de espiral (típica del arte Barroco).
Columna torsa: La que tiene su fuste decorado con motivos dispuestos helicoidalmente.

Columna conmemorativa

Un caso singular lo constituye la llamada columna conmemorativa. No se trata de una pieza estructural de ninguna construcción, sino que constituye en sí misma un monumento conmemorativo para rememorar algún hecho o personaje relevante. Sobre un alto podio puede levantarse un fuste de grandes dimensiones decorado con bandas de bajorrelieves que cubren toda su superficie, y en el extremo superior, a modo de pináculo, puede alzarse una figura o estatua.

Los romanos la utilizaron para conmemorar acontecimientos de relieve nacional o para glorificar a sus emperadores. Son célebres la columna trajana levantada en torno al año113 en el Foro de Trajano, en Roma, para celebrar la conquista de Dacia, o la columna de Marco Aurelio que se erigió en el foro de Antonino hacia 180 (hoy en la plaza Colonna de Roma) para conmemorar las victorias sobre los germanos.

En épocas posteriores a la del imperio romano se ha seguido recurriendo a este tipo de monumento triunfal del que son notables ejemplos la columna Vendôme de París dedicada a Napoleón Bonaparte, la columna de Nelson en la plaza Trafalgar de Londres, la columna de la independencia en la ciudad de México o las columnas del descubridor Cristóbal Colón en Barcelona o Madrid.

Vía: Wikipedia

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