Kusari doi – los caracteres japoneses son 锁樋 – y que se traduce literalmente como “canaletas en cadena”, denominadas aquí cadenas de lluvia, se vienen utilizando en Japón desde hace siglos.
Se usan como bajantes del agua de lluvia recogida del tejado, por la canaleta al suelo, y fluyendo a través de una cadena a un lecho drenante como puede ser un camino de grava o lecho de bolos o en algún tipo de receptáculo de captación de agua.
Las cadenas de lluvia originarias de las casas tradicionales, jardines japoneses y templos, se encuentran cada vez más en casas modernas, lo cual no es de extrañar teniendo en cuenta la influencia del diseño de la casa tradicional japonesa en la arquitectura contemporánea.
También son cada vez más populares porque se les asocia un valor ecológico, ya que suelen recoger el agua para su reutilización o como riego al jardín, en lugar de ir a los desagües pluviales.
Aunque puede parecer que su propósito era tradicionalmente decorativo, funcionan a la perfección como bajantes .
En un sistema de canalones convencional, el tubo de bajada o bajante proporciona la función necesaria para la evacuación del agua de lluvia que de otro modo puede provocar daños por acumulación.
En lo que respecta a la funcionalidad básica, las cadenas de la lluvia cumplen el requisito básico de una bajante y aunque a menudo hay una preocupación de si puede manejar la misma cantidad de agua, el resto de beneficios compensan el que alguna vez con una gran lluvia la cadena pueda salpicar.
Pueden ser cadenas sencillas o tazas/receptáculos de metal que se encadenan a intervalos en una cadena. Con este último tipo, el agua desborda cada copa y cae a la siguiente, produciendo el sonido de una fuente o arroyo .
Hay que destacar que en los jardines japoneses se presta mayor atención al sonido y, con las cadenas de lluvia que producen una cascada musical de agua, conseguimos parte de esta sensibilidad.
Sólo en el último par de décadas hemos empezado a utilizar estas hermosas cadenas en todo el resto del mundo pero, parece ser una progresión que se está imponiendo rápidamente.
Imagine, cuando hace sol, una guirnalda de recipientes ornamentales de cobre realzando la belleza y calidez de su espacio exterior y cuando llueve, adquiriendo un goteo musical dando toda la razón de ser en su jardín.
Y si va a pasar por el trabajo de quitar las bajantes y sustituirlas por una cadena de lluvia, porque no llevarlo al siguiente nivel y ¿mejorar la zona donde la lluvia se recoge? Algunas rocas apiladas, un olla de barro, un pequeño estanque o un simple lecho de gravas de río mejorarán su espacio, y además puede potenciarlo de noche con una buena iluminación. Para conseguir un buen espacio exterior que le transmita paz y armonía puede contar con profesionales especialistas en el tema.
En resumen, las cadenas de lluvia son una forma decorativa de reemplazar los bajantes de los canalones y agregar belleza, armonía y sonido, a una parte de su casa que antes era solo funcional.
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