Los productos quita-manchas se han convertido en un producto habitual entre los detergentes y aditivos para el lavado de ropa en la mayoría de las casas. Lo malo viene cuando las manchas van a parar a piezas que, por tamaño o composición, no podemos introducir en la lavadora, como alfombras y tapicerías... Ahí entran en juego los protectores anti-manchas, en los que seguro ha pensado alguna vez y, quizá, dudado de su eficacia... ¡Resolvemos sus dudas sobre ellos!
Los protectores de alfombras y tapicerías son finas barreras de origen químico diseñadas para proteger los tejidos que no se pueden lavar de las manchas, la suciedad y también de la electricidad estática.
Las siliconas son uno de estos productos repelentes de manchas. Funcionan muy bien cuando se trata de evitar las manchas de líquidos, ya que repelen el agua, pero no tan bien con otro tipo de suciedad... Los fluoroquímicos consiguen mejorar las propiedades de las siliconas, ya que, además de las manchas procedentes de líquidos, repelen las de grasa. Otra de las ventajas de su utilización frente a los productos hechos con siliconas es que se pueden utilizar sobre fibras de nylon que ya han sido tratadas en origen con productos anti-manchas.
Su modo de funcionamiento es simple: estos tratamientos textiles químicos cubre los tejidos con un fino velo que la mancha no puede atravesar, por lo que la suciedad no penetra, y es mucho más fácil de retirar al ser superficial. En el día a día, las alfombras y tapicerías tratadas con estos fluoroquímicos son más fáciles de limpiar y además se mantienen limpias durante más tiempo.
Vía: Deco Estilo
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