

Los mejores artistas y diseñadores del Estado han firmado el proyecto y la cultura oaxaqueña se palpa en cualquier rincón del edificio, desde la decoración hasta el menú del hotel.

El Hotel Azul es también, “un concepto diferente de hotel boutique”, afirman, ya que pese al interiorismo contemporáneo, conserva la calidez y el ambiente de la Oaxaca colonial.

El equipo de Héctor Esrawe a su vez se encargó del mobiliario, de líneas sencillas y acordes con el de la antigua casona.
También de algunas piezas de arte como el panel del lobby compuesto de triángulos negros.

Toledo, uno de los mayores representantes de la cultura oaxaqueña a nivel internacional, creó varias piezas de arte para el hotel como el mosaico del suelo del comedor, también llamado Salón Azul.
Los artistas invitados – Rubén Leyva, José Villalobos, Luis Zárate, el colectivo Frijol y el propio Toledo, se encargaron cada uno de diseñar una suite bajo su criterio creativo. En total cinco suites de las 20 habitaciones de las que dispone Azul.

La presencia de Oaxaca, por su parte, se ve en las obras de Toledo, pero también en la fisonomía del propio edificio (casas-patio con suelos de baldosas y vigas de madera a la vista).
También en elementos de decoración tradicional como, por ejemplo, las alfombras de colores, las cuales conviven con los muebles más contemporáneos de Esrawe.

Las obras de Francisco Toledo están repartidas por todo el edificio, convirtiéndose el hotel en una galería de arte instantánea.
Para más información visiten: Hotel Azul Oaxaca, Esrawe
Vía: diarioDESIGN
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