miércoles, 30 de enero de 2019

FONT 6 Apartment, coloreando lo que fue modernismo catalán.

En un pasaje verde y tranquilo, junto al templo de la Sagrada Familia de Barcelona, este apartamento de origen modernista alberga lo que sus autores definen como un 'wunderkammer' (gabinete de curiosidades en español). Un retiro tranquilo, habitado por objetos cargados de emociones de Andrea Serboli, propietario de la casa y uno de los dos fundadores del estudio de arquitectura responsable del proyecto.
Comprado en estado de abandono, este apartamento conserva detalles de su época, pero muchos de ellos deteriorados. Una serie de particiones dividía el espacio original en seis habitaciones. Además, las ventanas de la galería abierta al patio interior del bloque habían sido sustituidas por otras de PVC. Con esos condicionantes y conservando los máximos elementos históricos posibles, la intervención de Colombo and Serboli Architecture apuesta por un estilo contemporáneo, limpio y alegre.
El buen estado de suelos y puertas de los dos dormitorios adyacentes a la entrada permitió restaurarlos. Además, la presencia de un balcón lineal abierto al pasaje arbolado de la finca, típica del Modernismo catalán, facilitó la recuperación del diseño original.
La imposibilidad de conservar los suelos originales del resto del apartamento condujo a la decisión de eliminar los demás tabiques. A partir de ahí, se vació, insertando una caja azul lacada de paneles de madera en el centro del espacio. En torno a ella se han modulado y definido los nuevos espacios.
Una caja azul, protagonista del espacio
Nada más entrar, un semi-arco esculpe el volumen azul, transformando el pasillo en una amplia sala de techo curvo. Revestida en un azul más claro, ésta conecta visualmente las áreas diurnas con las nocturnas.

Situada en el centro del espacio, la caja contiene un baño relajante e íntimo en su interior. Sancta sanctorum de todo el apartamento, su entrada queda oculta entre las puertas de los armarios que construyen la fachada exterior de la caja. El pavimento del pasillo y el baño se eleva para permitir que los desagües de las zonas húmedas alcancen las bajantes.
Este modelo de wunderkammer ya fue seguido por parte de los arquitectos en un apartamento en el Born: La vida en rosa.
Dentro, el pavimento de baldosas grises cuadradas con lechada en un original tono terracota envuelve una bañera que se dobla para convertirse en ducha. Un plano de vidrio enmarcado en negro mate a juego con los grifos la protege.
Revestida de un microcemento rosado, la piel interior de la caja contrasta con los tonos fríos exteriores. Una ventana circular de vidrio colocada sobre la encimera de la cocina permite vislumbrar su cálido revestimiento desde el exterior.
Hacia el dormitorio principal, la caja azul se transforma en un generoso armario.
El otro extremo de la caja da servicio a la cocina, presidida por una gran isla también azul. Además de alojar la zona de cocción, ésta funciona como una cómoda mesa para cenar o desayunar. Los taburetes escogidos son los Edge 30 de HAY.
En la sala de estar, el sofá Mags convive con el sillón Can de Bouroullec. Ambos también de HAY.
Al fondo, una mesa lacada en marfil funciona como comedor y escritorio de trabajo. La acompañan sillas vintage Thonet negras con asientos de mimbre restauradas, y taburetes de corcho y metal negro, una edición limitada de IKEA.
Un gran ventanal comunica la cocina y el salón con la terraza del apartamento. Esta última, equipada con dos sillas Village de Kettal y una mesa de la misma marca. Diseñadas por Jasper Morrison, estas sillas rinden homenaje al concepto clásico de sillas de metal apilables para exterior.

Blanco para el resto del interiorismo

A excepción de los elementos pintados en azul y coral, en la rehabilitación se han utilizado colores y materiales neutros. Los falsos techos han sido eliminados, dejando a la vista las bóvedas catalanas, ahora pintadas de blanco. Sobre este telón de fondo destacan la mencionada caja azul y las vigas pintadas de coral. Ese mismo color es utilizado para teñir piezas como el mueble de baño curvo a medida y la puerta del lavadero situado en la terraza.

Elementos puntuales en materiales más sofisticados añaden una sensación de lujo asequible al espacio. Detalles como el latón de la parte superior de los zócalos de microcemento o los umbrales donde cambia el pavimento. Además de la encimera de mármol de Portobello como la encimera curva de la cocina, con muebles a medida lacados y sin tiradores.

Fotografía: Roberto Ruiz
Para más información visiten: Colombo and Serboli Architecture
Vía: diarioDESIGN








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