La intervención respetó la distribución original de la vivienda y únicamente se unificaron dos dormitorios secundarios para crear el dormitorio principal, al que se restó un pequeño espacio para disponer de almacenaje en la zona del recibidor. Asimismo, se eliminó el cerramiento de la cocina para generar un espacio abierto y acortar notablemente los metros lineales del pasillo existente. El resto de piezas sólo varían ligeramente en proporciones.
Programa funcional.
Los 100 m² del apartamento se reparten ahora entre un pequeño recibidor, dos dormitorios de holgadas dimensiones, dos baños y una espaciosa zona de día, donde la sala de estar, el comedor y la cocina, comparten una única estancia, dejando fuera solo la zona de servicio y la terraza.
La nueva cocina es sencilla y funcional, y queda delimitada por un gran volumen de almacenaje donde se integran varias pantallas de televisión, así como almacenamiento, en dos de sus caras, tanto para guardar el menaje de mesa (por el lado de la cocina) como para dotar de servicio a la zona de estar.
A su vez, este volumen integra la mesa de comedor: un pesado cuerpo pétreo en porcelánico Ceppo di Gre, que emerge del cuerpo principal y queda ligeramente suspendido. Una subestructura metálica, junto con un plano de vidrio colocado de canto, se encargan de soportar el peso del objeto volado. La zona de columnas, en madera de roble, conforma otro volumen que entra en diálogo con el resto de mobiliario de la zona de día.
Un estilo mediterráneo, natural y discreto.
Para este espacio de relax, localizado en un enclave plenamente mediterráneo, Belén Moratalla y Manuel García buscaron «una apariencia mediterránea, natural y discreta. Con maderas, ciertamente desaturadas, lo que le confiere ese aire sosegado. El tono de los lacados se define mediante un azul sucio y se reserva el uso del negro a la iluminación y a ciertos elementos para propiciar contraste».
Desde el acceso, ya se perciben la presencia del porcelánico, la madera y, especialmente, el alistonado que materializa el armario de cortesía. Este trabajo de carpintería se repite en el cabezal del dormitorio, el frontal del vestidor y el volumen principal del salón. «Los listones confieren a estos elementos textura y cierta nobleza», explica el estudio.
En el dormitorio, la pared frontal se ha revestido por completo de madera a fin de que el espacio respire de un ambiente más cálido. Unas puertas correderas dejan paso al vestidor y al baño interior.
Porcelánico y madera para los baños.
El diseño de los baños es esencial y práctico, resuelto con un porcelánico en tono piedra y mobiliario en madera de roble. Sobre el inodoro del baño de principal, se incorpora un vidrio opal que conecta ambos aseos y permite la entrada de luz natural en el baño común.
El dormitorio infantil se compone de una cama de 135 cm, con cama nido inferior y zona de estantes para almacenaje en los laterales. El cabezal, como ocurre con el de matrimonio, intercala zonas ranuradas con otras lisas. La madera se combina aquí con los tonos canela y salmón dulcificando la estancia.
La iluminación ha sido especialmente diseñada para propiciar el uso de iluminación indirecta presente en los foseados y cortineros. Los tonos claros y el moderado uso de la luz artificial contribuyen a esa estética calmada y mediterránea perseguida desde el inicio del proyecto.
Para más información visiten: Manuel García Asociados
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