El estudio de MGK Architects ha sido el encargado de su reciente reforma en la que se enfrentaron al reto de transformar lo tradicional en algo inesperado.
Una de las necesidades principales del piso era que fuera un buen espacio para poder disfrutar de la colección de muebles y obras de arte de los propietarios. Para conseguirlo, crearon un espacio muy blanco y silencioso por su desnudez que se ha convertido en el lugar perfecto para acomodar objetos que sí tienen mucho que contar.
Por otro lado, al eliminar todo ornamento superfluo de las paredes (molduras, cornisas...) los materiales del piso se hacen reconocibles y se vuelven protagonistas. La mezcla de los materiales tradicionales como el hierro, la madera, el hormigón y el mármol sugieren un sabor clásico y atemporal.
El apartamento gira alrededor de un eje central sin límites físicos que divide las zonas públicas y privadas.
El salón es el centro vital del proyecto. Un espacio que evoca un sabor clásico reinterpretado, como ocurre con el parquet en espiga y el impresionante mármol rosso levanto de la chimenea que también se ha usado como revestimiento en el cuarto de baño.
Diseñado para acomodar iconos de diseño, el salón se comunica a través de una ventana de metal negro con la cocina que también es de un blanco impoluto, fomentando la continuidad de los ambientes.
En una arquitectura con una identidad esencial basada en la tradición y el pasado que incluye notas discordantes destinados a embellecer el proyecto. La singularidad y la sorpresa del piso se encuentra precisamente en esta discordancia entre las líneas contemporáneas y la recuperación de objetos antiguos o simplemente viejos como retratos, sillas, marcos. En definitiva , esencia vintage y clásica en un entorno minimalista y contemporáneo.
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