El encargo fue claro y objetivo: el proyecto debe aportar su esencia minimalista, agregando comodidad, arte y diseño.
Con un concepto integrado, se eliminaron las paredes de la cocina, haciendo que el programa sea más libre con una ruta de flujo bien definida.
La integración entre las áreas de la casa, como el área de lectura, el comedor, el espacio gourmet y social, se amplió con la adición del área de la cocina, que antes estaba aislada por una pared.
El suelo de porcelanato, con aspecto de hormigón, junto con las paredes blancas, llama la atención sobre el techo, revestido en madera Freijó, que es el centro de atención de la composición. El techo es responsable de garantizar el calor al medio ambiente.
El techo de madera sigue la forma longitudinal del plan hasta la cocina, abarcando todos los espacios.
Para crear contraste entre los espacios de colores claros, trajeron la cocina como un bloque oscuro justo al lado. Dentro de la cocina aprovecharon al máximo la ergonomía y buscaron composiciones de color y material que fueran un poco más inusuales. El uso del verde en el balcón y la laca de cobre metálico en la vajilla resultó ser lo más destacado del espacio.
El proyecto, marcado por elementos de diseño brasileños, trae piezas como el sillón Mole de Sergio Rodrigues, el stand de pie Stand By de Claudia Moreira Salles, entre muchas otras diversas piezas de diseño de Sollos y Jader Almeida. Estas piezas destacan el gusto por el minimalismo de la pareja.
Para ampliar el espacio de la habitación principal, transformaron la del dormitorio de servicio en un armario y crearon un acceso directamente a través de la habitación. Eso hizo posible que la pareja tuviera más espacio, incluyendo un área de lectura que cuenta con el sillón Pitu de Aristeu Pires.
Para más información visiten: Schuchovski Arquitetura
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