lunes, 6 de mayo de 2019

Diseño interior con influencias japonesas por Brooke Aitken Design

Influenciados por sus viajes a Japón, los propietarios de este apartamento deseaban reducir sus posesiones y disfrutar de su jubilación en un oasis de calma minimalista sin renunciar al bullicio de la urbe. El sitio perfecto lo encontraron en la planta baja de un antiguo almacén de cuatro pisos, situado en el corazón de una concurrida y bulliciosa zona del centro de Sidney. Tenían claro que querían un retiro tranquilo, abierto a la luz, de estética japonesa minimalista, fácil mantenimiento y máximo almacenamiento.
El diseño interior de la nueva casa le fue encargado a la arquitecta e interiorista Brooke Aitken, quien proyectó unos espacios minimalistas, sostenibles y que invitan a la reflexión y a la relajación. El problema más importante a resolver fue la falta de luz natural ya que, en algunos momentos del día, en el almacén convertido en vivienda no entraba la luz directa del sol porque todas las ventanas se abren a dos patios interiores que tampoco ofrecen ningún tipo de vistas.
Bosque interior retroiluminado.
Para combatir el oscuro interior, se creó una una pantalla de madera que “actúa como un bosque interior retroiluminado de roble de colores suaves”, explica el estudio. Esta “linterna hecha a medida” también sirve para destacar la gran altura del techo que, previamente a la reforma, estaba “perdido dentro de un montón de pequeñas habitaciones en diferentes niveles”. Por otra parte, el baño “toma prestada” la luz de la sala de estar a través de una ventana alta con listones similares.
El amplio salón, fruto de eliminar uno de los dos dormitorio existentes, se pavimentó con hormigón pulido de color gris. Un cambio de altura del suelo indica el cambio a la zona de noche, donde el frío hormigón deja paso, en el estudio, el dormitorio y el cuarto de baño, a un revestimiento de madera mucho más cálido.
Espacio de almacenamiento bien ordenado.
El tamaño de la cocina se redujo para aumentar el espacio de almacenamiento bien ordenado mientras que las posesiones familiares fueron cuidadosamente elegidas. Este enfoque “se convirtió en la experiencia estética de pasar el día en un espacio habitable y cada elemento del interior fue elegido para aumentar el disfrute, la facilidad de uso y la comodidad”, explica Brooke Aitken.
En este ambiente esencial y de estética japonesa, los detalles y los materiales “no sólo se escogieron por su efecto estético y el correspondiente efecto en la salud mental de los habitantes, sino también por su longevidad, durabilidad y uso práctico”, dice la arquitecta y diseñadora de interiores australiana.

Para más información visiten: Brooke Aitken Design 











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