Cuando la joven familia de propietarios de esta vivienda se plantearon mudarse de Barcelona a Girona, buscaban algo más que ampliar metros u optimizar la entrada de luz natural. Buscaban ante todo crear un hogar acogedor, donde sentir a los abuelos cerca. Con estos últimos como vecinos, a escasos metros de casa, se requería acondicionar un viejo piso en una vivienda actual, funcional y con alma. El desarrollo de la reforma la ha llevado a cabo el equipo del estudio Egue y Seta, con sede en Barcelona. Originariamente, el piso era un claro reflejo de los años 50, atestado de mueble clásico español y muy compartimentado. El espacio era un auténtico festival de terrazos y baldosines repartidos entre muchas habitaciones, más bien pequeñas, sin embargo, tenía una muy buena dimensión en conjunto y casi todas las habitaciones miraban sobre unas bonitas vistas y quedaban bañadas de un montón de luz natural. La labor del estudio encargado del proyecto se ha basado en desvestir enteramente suelos y techos y replantear el espacio transformándolo por completo.
Para más información visiten: Egue & Seta
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