lunes, 27 de enero de 2020

La Temperatura del Color en la Iluminación y Decoración

¿Sabía que el color tiene temperatura? Cuando hablamos de luces cálidas o frías no hacemos referencia a un calor físico, sino al tono que pueden aportar. Con los siguientes consejos descubrimos un concepto vital a la hora de iluminar y afrontar la decoración de nuestros interiores.

La temperatura de la iluminación más natural

El punto de partida de esta teoría es el sol, fuente de luz y energía que rige el mundo. Cuando sale, su color rojizo es el más cálido de la paleta y, a medida que pasan las horas, su luz se torna amarilla hasta convertirse en blanca para, al final del día, recuperar su tono rojizo anaranjado. Esta pauta nos guía a la hora de iluminar nuestra vivienda de la forma más natural y racional.

Luz para relajar y luz para ponerse en marcha

Según el sol, la luz más cálida es la que nos permite un estado de mayor relajación y bienestar, propios de primera hora de la mañana y última de la tarde, mientras que la luz más fría es propia de horas de gran actividad: la parte central del día. La temperatura del color de la luz artificial se mide en grados kelvin: cuanto mayor sea el número, más frío será el color de la lámpara.

Un ambiente, una temperatura

Los tonos cálidos deben ser reservados para las zonas sociales y para los dormitorios. Salones, comedores, cuartos de juego serán iluminados con lámparas de alrededor de 2.700 grados kelvin o, lo que es lo mismo, iluminación cálida. Las lámparas de tonalidades frías, alrededor de 5.000 grados kelvin, se reserva para zonas de gran actividad: cocinas, despachos, cuartos de estudio o gimnasios.
No hay color sino reflejos de luz

Nuestro ojo no aprecia el color sino el reflejo de la luz que ilumina los objetos. La luz es compuesta por los siete colores del arco iris y los pigmentos contenidos en los objetos absorben determinados colores, reflejando otros. Así, la cualidad de reproducción de los colores de las lámparas influye directamente en los colores de la decoración, alterándolos o manteniéndolos.

Colores naturales imprescindibles en nuestro hogar

La capacidad de las lámparas de reproducir bien los colores naturales se mide en la escala CRI o Indice de Reproducción de Colores. Cuanto más próximo esté a 100, más fielmente veremos los colores de nuestra decoración. Los expertos recomiendan lámparas con buena reproducción, cuyo CRI supere el 75, ya que el color es fundamental para el confort y la belleza del ambiente.

Vía: Maderame

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