Hoy, estos espacios se han traspasado a la comunidad de vecinos y van siendo redescubiertos por sus nuevos adquirientes como una oportunidad para disfrutar de espacios abiertos en unos entornos urbanos cada vez más congestionados.
Como otros, este apartamento fue hasta hace poco tiempo, la vivienda del portero de la comunidad de vecinos. Un espacio pequeño, aislado y oscuro que fue adquirido por el vecino de la planta inferior como una oportunidad para extender su vivienda hacia el exterior. La familia buscaba un espacio extra, independiente de su vivienda. Un lugar donde celebrar, estudiar, leer y jugar disfrutando de la luz natural.
La apuesta de proyecto fue la de conectar las terrazas existentes del edificio a través de la vivienda, haciendo la transición entre los espacios lo más fácil posible. Se abrieron puertas balconeras en las dos fachadas, norte y sur y el suelo se elevó en los extremos para alcanzar la cota exterior y así desdibujar los límites entre el exterior y el interior. Asimismo, para introducir el espacio exterior dentro del pequeño apartamento, el pavimento de madera se extendió dentro de la zona elevada interior, y se definieron unas carpinterías que pudieran plegarse para maximizar la apertura en fachada y la conexión con las terrazas.
El ático, de no más de 60m2 interiores, conecta las fachadas norte y sur sin ninguna división vertical, lo que provoca una continua relación entre la naturaleza y las montañas de La Musara y el acogedor interior urbano del patio de manzana. Las terrazas, con una dimensión similar al espacio interior, se definen en relación a las orientaciones y usos, y se preparan para la realización de cenas de verano y múltiples celebraciones, al mismo tiempo que dan la bienvenida a lectores y partidarios de la siesta.
Para favorecer la entrada de luz natural en el espacio interior y para favorecer la relación interior-exterior, se mantienen las aperturas originales en los patios al tiempo que se abren las fachadas hacia las terrazas y se agujerea el forjado para provocar la entrada de luz a través de un lucernario y conseguir el sueño de los propietarios de poder ducharse mirando el cielo.
La organización del espacio responde a la organización original del edificio y los materiales empleados tienen como finalidad el confort de los usuarios. Madera y yeso son los principales elementos utilizados para configurar las estancias. El acero y los azulejos nos permiten cambiar el registro y generar pequeños cambios en la atmósfera general.
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