martes, 13 de mayo de 2014

Gastropub Le XIX en Sevilla. El sabor nocturno y literario de la época, según Lab Matic.

Está en Sevilla, pero cuando uno cruza el número 9 de la calle Tomás de Ibarra se traslada a los cafés literarios del París Nouveau o a un club de jazz de Nueva York. Le XIX es decadente en el mejor sentido, casi auténtica e igual de acogedora que un local de la época. Tal y como el estudio Lab Matic ha definido, es la revisión actualizada de un clásico.


El local se encuentra en uno de los pocos edificios modernistas de Sevilla y se accede a través de una fachada acristalada que aporta luz natural al interior por el día. En el interior, un espacio diáfano, con una barra de capitoné como eje central y los brillos de las bombillas y el latón, dan la bienvenida al cliente.

Lógicamente el estudio madrileño ha conservado los elementos originales de la época en que se construyó el edificio como por ejemplo las columnas y las paredes de ladrillo.

La mayoría de materiales y mobiliario también son coherentes con los de la época para poder intensificar el estilo modernistaMetales dorados, mármol, vidriosuelos de hormigón pulido y multitud de puntos de luz indirecta recrean la atmósfera si bien han incluidos algunas piezas más contemporáneas.

No es el caso de la barra, que como dice el estudio “podría haber formado parte del edificio original” al estar hecha de materiales tradicionales como madera, cuero, mármol y latón.

Lo mismo ocurre con los sillones modernistas o la contrabarra, en la cual varias columnas doradas enmarcan e iluminan las botellas. El fondo de espejo era, por supuesto, necesario. El conjunto está rematado con un rack de latón suspendido del techo y repleto de cristalería que refleja los múltiples puntos de luz.

La iluminación juega un papel esencial a la hora de conseguir el aire “cabatero” que buscaba el estudio. Se ha conseguido mediante una cuidada mezcla de bombillas de filamento dorado, focos de acento. El logotipo, realizado en latón, está iluminado con bombillas de camerino.

El interiorismo se completa con una serie de detalles que otorgan una personalidad muy especial al local. Nos referimos en concreto a las paredes cubiertas de carteles de películas en homenaje. Algunos se han embellecido encima con decenas de pequeñas bombillas de maqueta.

Y, por supuesto, como buen club, no podía faltar un piano, que no sólo sirve de decoración sino que puede ser utilizado por cualquier cliente.

Para más información visiten: Lab MaticLe XIX
Vía: diarioDESIGN







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