


Mantener el alma del pasado


Se hará especial hincapié en las bisagras y demás engranajes de hierro y acero de puertas y ventanas. Pero tampoco hay que pasar por alto el dotar de brillo a las vigas que sirven de apoyo al techo y a las que lo cruzan en forma de artesonado, unn entramado que transfiere un toque rústico a todo el conjunto.
Tejidos y materiales
Las telas preferidas del estilo colonial son el lino, el algodón o cualquier tejido de origen natural, como la rafia o la arpillera. Nuestros sofás y cortinas se beneficiarán de la ligereza de estos materiales, llenándose de melancolía y pasado.
En el aseo, las toallas pueden llevar bordados y puntillas. El color por excelencia es el blanco y toda su familia cromática, como la del beige y los marrones. No obstante, nuestro hogar puede contar también con tonos más fríos, pero siempre dentro de las tonalidades suaves: violeta, turquesa, lila o malva.
Pero al contrario de lo que pudiera parecer, la modernidad también tiene un hueco en este estilo, de la mano de pequeños detalles en acero y forja como remates en mesas o sillas, adornando sutílemente una lámpara o de suplemento ideal en estancias tan dispares como el baño o la cocina. Los metales resltarán más en su visión brillante, si es que somos atrevidos, o pasarán despercibidos en su tipología mate, si somos más resevados.
El suelo no debe dejarse desnudo. Unas alfombras de esterilla o con tupidos flecos harán que la habitación adquiera una nueva dimensión. También hay que considerar el encanto de los rincones ornamentados con alguna pieza de exterior, que ahora cobrará protagonismo con flanqueada por cuatro paredes. Sirvan de ejemplo las butacas de jardín, e incluso una jaula de mimbre o una hamaca que hará las delicias de sus ratos dedicados a la lectura.
Accesorios, toques llenos de personalidad
Por todos es sabido que lo que verdaderamente imprime personalidad a la decoración del hogar son los complementos y accesorios. Dentro del estilo colonial, lo natural se impone y va más allá de los tejidos y el mobiliario. Está en nuestras manos el que nuestra mesa, por ejemplo, transmita un mensaje diferente con un cuenco de fibra lleno de semillas coloreadas y hojas secas o con un jarrón de mimbre con tallos de bambú.
Si disponemos de retratos en sepia, su colocación producirá a la vista un efecto maravilloso. Y por último, ¿Qué tal un ventilador de aspas de madera en el techo de la biblioteca, despacho o salón?. Este, aparte de ser tremendamente útil en los días calurosos, dará un toque diferente a la estancia.
Referentes que no pueden faltar son la cama con dosel dentro del dormitorio. El descanso dentro del estilo colonial respira clasicismo, se viste de cortinas de tul y de bordados en las colchas. Un baúl grande e imponente a los pies del lecho, un biombo en la parte más estratégica del aposento privado y unas celosías a modo de contraventanas, redondearán la intención haciéndola perfecta.
Por ello, si es partidario de volver la vista atrás y llenar su hogar de notas artesanas, componer una melodía colonial será sencillo y el resultado final le complacerá totalmente.
Vía: facílisimo.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario