Porque la vida da muchas vueltas, y lo que hoy parece seguro, mañana puede no serlo, conviene afrontar una reforma abiertos al cambio. Con estos dos apartamentos en Barcelona, el estudio de arquitectura PMAM nos enseña cómo reciclar un espacio, transformarlo, embellecerlo, y dejar una puerta abierta a futuras modificaciones. Adaptarse es ganar.
Fotografías de Adrià Goula
Nítido y continuo
Se trata de una planta semisótano, antigua consulta médica. El edificio cuenta con una cadena de huecos a lo largo de la fachada, al nivel de un agradable jardín. El proyecto divide el interior en dos espaciosos apartamentos de 100m² cada uno, manteniendo como prioridades la mayor iluminación de los espacios interiores, la optimización de recursos, y una práctica distribución. El resultado es un interior claro y nítido, en el que la circulación se realiza a lo largo de la fachada, abriendo las estancias hacia el jardín, y ligando unas con otras, sin comprometer su independencia.
Un interior cálido y versátil
La intervención apuesta por un lenguaje sencillo y una arquitecura neutra, persiguiendo la durabilidad del diseño. El proyecto debe adquirir un carácter versátil, capaz de adaptarse a cualquier programa, ya sea vivienda u oficinas. Con la intención de optimizar la inversión, se aprovecha el pavimento existente de Silestone, que además de ser un material de aspecto natural y color imparcial, el acabado pulido ayuda a la reflexión de la luz hacia el interior. Se restauran además las carpinterías de madera existentes, añadiendo doble vidrio para mayor aislamiento térmico y acústico. Una estantería de pino entablillado completa la banda lateral de la fachada, corrigiendo irregularidades del perímetro, y aportando notas de calidez al interior.
Luz uniforme, atmósfera cálida
La cocina, como el resto de estancias, se abre hacia la fachada conectando visualmente con el jardín y expandiendo su superficie. La uniformidad del blanco del set de mobiliario queda rota únicamente con tonos metalizados del equipo de cocina, y suavizado con la madera de fondo de la estantería perimetral. El recinto se cierra con puertas correderas de madera, de forma perpendicular a la fachada, que permiten sectorizar las estancias sin comprometer la iluminación de cada una de ellas.
Minimalismo natural
Lejos de intentar camuflar la estructura del edificio, la intervención desnuda las vigas, pilares y recorrido de instalaciones, señalándolas con pintura negra y destacando así la sinceridad constructiva del interior. Las estancias se convierten en contenedores de aspecto minimalista, salpicados de piezas de mobiliario icónicas y atemporales. La naturalidad de la madera y el verde de la vegetación que asoma desde el jardín dotan al interior de cierta cercanía y calidez doméstica.
Estancias sugeridas
El uso de paños de vidrio para diferenciar estancias permite que la luz bañe de manera uniforme el interior. La quietud y sencillez del dormitorio nos hace imaginarnos las posibilidades de transformación de la estancia, que la intervención sólo sugiere. Se completan las necesidades del programa con generosidad y sofisticación, esperando que sea el usuario quien complete o transforme el interior.
Con blanco y transparencias
Siguiendo la premisa de optimización de recursos, se renuevan las zonas húmedas sin variar su posición, aprovechando así las instalaciones existentes. La materialidad de los baños se asemeja al resto de la vivienda, añadiendo en este caso un zócalo de alicatado de acabado esmaltado. El blanco domina la estancia, en envolvente, lavabo y encimera, y son las piezas de mobiliario las que aportan pinceladas de color. Los reflejos y transparencias transportan la luz hasta la última esquina.
Visiblemente ampliable
El proyecto juega con nuestra percepción, creando una sucesión eterna de espacios. La intervención corta la banda de circulación en fachada, dividiéndola en dos tramos correspondientes a las dos viviendas. Este tabique separador se reviste con un plano de espejo a ambos lados, creando sensación de continuidad, y alargando el espacio más característico de la intervención. Es en este punto donde se hace posible la futura unión de las dos viviendas, retirando el tabique y combinando este vacío longitudinal. Hay que pensar en todo.
Para más información visiten: PMAM
Vía: habitissimo
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