¿Por qué desechar antiguos edificios si se les puede dar un nuevo uso? Esa es la filosofía del nuevo Hotel de diseño Liberty.
Un hotel que siglos atrás fue la cárcel de Offenburg y que desde septiembre de 2017 estrena nueva actividad con 38 habitaciones y suites, un restaurante Premium y un ambiente de retiro y concentración.
El edificio fue diseñado en 1840 por Heinrich Hübsch, uno de los arquitectos más aclamados de Baden en aquella época. Con la misma piedra arenisca roja con la que se construyeron las catedrales de Friburgo y Estrasburgo se levantó esta antigua prisión.
Entre las renovaciones que ha sufrido a lo largo de su historia se encuentran la eliminación de barrotes y una sección de vidrio adicional entre los dos edificios de ladrillo. Muchas de las celdas se han conectado para crear así habitaciones más grandes y espaciosas
Del cambio de prisión a hotel de diseño se ha encargado el estudio Knoblauch, quienes apoyaron el concepto y la planificación del hotel, asumieron la gestión creativa y de la construcción y desarrollaron el concepto de decoración además de suministrar el mobiliario.
Veamos las claves que han hecho de esta antigua prisión un bonito Hotel de diseño.
Elementos antiguos
Mantener ciertos elementos característicos de la prisión suponen mantener la historia del edificio.
Por otro lado, vemos los muros del edificio con su piedra natural en el que se salpican las ventanas de la antigua prisión, con sus rejas incluidas, formando una cuadrícula.
Techos
Mantener los techos abovedados y su ladrillo visto, en unas ocasiones con su propio color y en otras pintado de blanco, supone otro guiño al pasado. Conservar este tipo de elementos aporta carácter a los espacios interiores. Los interioristas lo saben bien y no se han conformado con el simple hecho de mantenerlos; han querido resaltarlos aún más con la iluminación oculta en los laterales, bañando la superficie y destacando su textura.
Mobiliario
Llegados a este punto, los muebles que se escojan harán que el hotel destile un estilo u otro. En este caso el estudio de diseño ha optado para las zonas comunes por asientos de cuero, mesas de centro de aire industrial, sillas tapizadas en tonos tierras con mesas de comedor de madera oscura, para las barras de bar en unos casos taburetes negros con un toque de metal en el final de las patas y en otros taburetes tapizados con respaldo alto.
En las habitaciones podemos decir que impera cierto eclecticismo. Vemos un toque retro en las mesillas de noche y sus lamparitas y en la cómoda situada a los pies de la cama.
El cabecero tapizado que abarca cama y mesillas resulta mucho más actual gracias a sus líneas rectas y enchufes empotrados en el mismo.
Elementos antiguos
Mantener ciertos elementos característicos de la prisión suponen mantener la historia del edificio.
De este modo vemos las antiguas puertas de las celdas con sus grandes cerrojos de hierro y su madera intacta. Éstas resaltan sobre una pared gris en la que se mimetizan las nuevas puertas lacadas en el mismo color, que son las que realmente se utilizan para acceder a las habitaciones. Además, para enfatizar aún más si cabe la rudeza de las puertas, éstas se iluminan con focos colocados en raíles de techo, orientadas hacia ellas como si de cuadros se tratase.
Por otro lado, vemos los muros del edificio con su piedra natural en el que se salpican las ventanas de la antigua prisión, con sus rejas incluidas, formando una cuadrícula.
Materiales
Está muy bien optar por mantener ciertas características que mantengan viva la esencia del edificio pero, si no se combina con otros que lo traigan al presente, corremos el riesgo de no captar la atención de los clientes, y más aún si se trata de una cárcel.
En el Hotel Liberty han sabido encontrar el equilibrio entre ambos aspectos. Los pilares, las escaleras y sus barandillas de líneas sencillas pintadas en negro, la iluminación mediante focos estratégicamente situados, los suelos continuos de cemento pulido para las zonas comunes y de roble envejecido para las habitaciones, y algún que otro neón, contribuyen sutilmente a modernizar el edificio.
Techos
Mantener los techos abovedados y su ladrillo visto, en unas ocasiones con su propio color y en otras pintado de blanco, supone otro guiño al pasado. Conservar este tipo de elementos aporta carácter a los espacios interiores. Los interioristas lo saben bien y no se han conformado con el simple hecho de mantenerlos; han querido resaltarlos aún más con la iluminación oculta en los laterales, bañando la superficie y destacando su textura.
Mobiliario
Llegados a este punto, los muebles que se escojan harán que el hotel destile un estilo u otro. En este caso el estudio de diseño ha optado para las zonas comunes por asientos de cuero, mesas de centro de aire industrial, sillas tapizadas en tonos tierras con mesas de comedor de madera oscura, para las barras de bar en unos casos taburetes negros con un toque de metal en el final de las patas y en otros taburetes tapizados con respaldo alto.
En las habitaciones podemos decir que impera cierto eclecticismo. Vemos un toque retro en las mesillas de noche y sus lamparitas y en la cómoda situada a los pies de la cama.
El cabecero tapizado que abarca cama y mesillas resulta mucho más actual gracias a sus líneas rectas y enchufes empotrados en el mismo.
Algunos de los escritorios y sus sillas son en cambio mucho más clásicos en cuanto a forma y material.
El toque contemporáneo lo vemos en algunas de las habitaciones donde la bañera queda dentro de la habitación, completamente visible dese la cama. Algo cada vez más extendido en los hoteles de lujo.
Para más información visiten: Knoblauch, Hotel Liberty
Vía: Decofilia
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