En la que era una floristería burgalesa, el interiorista Javier Abel ha creado un nuevo local gourmet, que especializado en quesos y patés también ofrece productos de charcutería y toda la gama de cervezas del grupo Mahou-San miguel, para las que ha reservado un original expositor entre los gaviones que dan forma a una de las paredes.
“Queríamos crear una atmósfera en la que dominaran los elementos y texturas naturales: donde la madera fuera madera, el hierro fuera hierro y el cemento, cemento” señala Javier, que ha apostado por un esquema cromático y material sencillo y de gran sinceridad constructiva. Un espacio en el que el tablero contrachapado fenólico de madera combina a la perfección con los porcelánicos imitación madera, el hierro barnizado natural sin lacar, los gaviones de piedra de la pared y el suelo, que se revisitió con plaqueta de gran formato y aspecto cementoso.
La planta baja se dedica principalmente a la venta al público, mientras que el nivel superior, más íntimo y recogido, se reserva para la degustación de productos. Todo ello en un entorno acogedor y natural, que envuelto por una tenue luz ambiental potencia los tonos ámbar que dominan el espacio.
En la zona de baño se ha optado por una plaqueta hidráulica en tonos arenosos y gráficas diferentes de Vives, y un lavabo de madera natural, tratada especialmente para aguantar la humedad y el agua hasta 50 años.
La estética industrial del hierro natural se ve contrarrestada por la calidez que aporta el tablero de madera de pino. Los árboles de madera que decoran el local y las lámparas, diseñadas y fabricadas a partir del método de control numérico por el propio Javier Abel, añaden un toque escultórico al espacio. El mobiliario es de la firma donostiarra Ondarreta.
Vía: diarioDESIGN
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