Boccadasse es un pequeño puerto de pescadores de Genóva, cuyas estrechas calles y su pequeña y hermosa playa ha servido de inspiración a poetas y cantantes. Es en este pequeño barrio marinero, donde se encuentra este mini apartamento de tan solo 35 m2, renovado por el estudio de arquitectura Gosplan. Se trata de una típica “casa torre” de cuatro plantas, con escaleras estrechas y empinadas, rematada por un techo abuhardillado.
El propietario deseaba para su nueva casa tanto espacio de almacenamiento como fuera posible, una cocina con despensa, un espacio de trabajo, una habitación doble, una sala de estar con una segunda cama y un lugar donde su hijo pudiera jugar y relajarse. Aunque el programa era amplio y la superficie de la vivienda escasa, el estudio genovés desarrolló un programa funcional de manera inteligente, aprovechando al máximo el espacio y consiguiendo que el equipamiento no se “comiera” y abarrotara el espacio interior.
Con un presupuesto limitado, la respuesta a las diferentes peticiones pasó por diseñar un mobiliario a medida que se adaptara al apartamento, de manera que se aprovechara al máximo el espacio disponible. La segunda planta se ha convertido en el corazón de esta vivienda vertical, acogiendo la cocina, el comedor y el salón. En esta estancia diáfana de 18 m2 (3 x 6 m), un mueble multifuncional comienza siendo el mobiliario de la cocina y acaba transformándose en el sofá de la sala de estar con espacio inferior para guardar libros u otros objetos de pequeño tamaño. En este mismo piso, una alacena, ubicada justo al lado de la escalera, situada en la otra pared lateral, amplía su función original y sirve también para cerrar parcialmente el hueco de la escalera, evitando posibles accidentes.
Un espacio a doble altura conecta la sala principal de 18 m2 con el dormitorio principal, en el piso superior. Es aquí donde se encuentra la zona de trabajo demandada por el propietario, a la que se ha dado una original solución y desarrollo: una polea se encarga de bajar y subir el escritorio, que se encuentra a los pies de la cama, para poder llegar a una red blanca suspendida en el vacío sobre la que es posible tumbarse para leer y relajarse. Mientras, el cabecero de la cama oculta un amplio armario. Las viejas vigas de madera del techo, que se han pintado de blanco y dejado vistas, se convierten, junto a las texturas matizadas y al techo abuhardillado, en un contrapunto decorativo que embellece este personal espacio.
Para más información visiten: Gosplan Architects
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