La hospitalidad tiene aroma de café, o debería tenerlo. Así se desprende del trabajo realizado por el estudio valenciano Masquespacio para La Manera, un establecimiento que se adapta a la demanda que cambia a lo largo de la jornada.
Masquespacio buscó un concepto que pudiera funcionar de día y de noche, adaptable a cada momento y exigencia, comenzando con un brunch y café durante la mañana, convirtiéndose en un restaurante durante la noche y terminando como un bar de cócteles.
El concepto de negocio se centró en servir comida de primera clase y bebida hecha de ingredientes naturales y servida por baristas de renombre, tanto de cóctel como de café. Así, lo natural, empezando por los materiales se convierte en la base del proyecto de diseño.
Para ello se han recuperado las paredes existentes de ladrillo de construcción, mientras que se ha añadido un acabado oxidado a los elementos metálicos en las paredes, lámparas y la barra. Para los muebles algunos elementos metálicos con el mismo acabado oxidado se han mezclado con el cemento, agregando un toque de calor a través del cuero de un suave tono marrón y de cojines realizados en diferentes tejidos.
El estudio ha querido también dejar un inconfundible sello mediterráneo en el local a través de una pared con distintas piezas de celosía que, además de añadir esa cálida sensación, sirve de soporte a otro elemento natural: las plantas.
Con el objetivo de adaptar el ambiente del lugar desde el desayuno y las cenas a un espacio nocturno atractivo, por último pero no menos importante, la iluminación se ha regulado completamente, permitiendo adaptar su intensidad cada momento de día y de noche.
El conjunto, incluyendo la pared de azulejos azules tras la barra, nos recuerda inevitablemente esos lugares donde el aroma del café está indisolublemente ligado a la hospitalidad, al deseo de volver.
Para más información visiten: Masquespacio
Vía: decoramus
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