Un gran espacio abierto acoge el vestíbulo, con distintos ambientes que logran generar un entorno social y de interacción entre los clientes. Junto a la gran barra multiusos, que sirve de bar, mostrador de servicio y recepción, el resto del espacio se ha decorado con cómodos sofás, sillas, mesas, coloridas alfombras, originales luminarias y grandes obras de arte revistiendo las paredes.
“Hemos querido conservar el espíritu de Luoyang, que vestido aquí con un atuendo moderno se convierte en el nuevo hito local” señalan los autores del proyecto. Una intervención que, mediante un ejercicio de ‘re-contextualización’, logra fusionar a la perfección el patrimonio local con un interiorismo contemporáneo.
Las piedras, los acabados cerámicos, el cobre, el vidrio texturizado y la madera generan un telón de fondo íntimamente ligado a la tierra. En un espacio donde la luz y las texturas juegan un papel fundamental, los elementos traslúcidos se emplean para mantener la conexión y comunicación entre las distintas estancias, a través de un juego de transparencias que despiertan la curiosidad del visitante.
También destinada a uso común, la última planta alberga una sala de conferencias, con cuatro salas para reuniones y grandes ventanales abiertos al cielo que permiten la entrada de la luz natural a todas las estancias.
En las habitaciones se ha apostado por un diseño limpio y minimalista, que envuelve al visitante en un acogedor ambiente pensado para favorecer el relax y el descanso.
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