(Tokio, 1915 – Tokio, 2011) Sori Yanagi ha pasado a la historia del diseño gracias a su famoso taburete Butterfly (1954), una obra que consiguió consagrarle y con la que contribuyó a mostrar al mundo el diseño japonés.
Se formó en la Escuela de Arte de Tokio (1934) y posteriormente trabajó durante dos años (1940 y 1942) en el estudio de la diseñadora francesa Charlotte Perriand.
En el año 1952 fundó el Yanagi Industrial Design Institute donde diseñó gran cantidad de objetos cotidianos y muebles. En estas piezas podían apreciarse claramente sus formas orgánicas, en las que unificaba el diseño occidental y el japonés, un concepto muy característico de Yanagi que contribuyó a convertirle en uno de los diseñadores más reconocidos de la posguerra.
Todas sus obras cumplían uno de sus pensamientos, y es que para Sori Yanagi la belleza no se hace, sino que nace de forma natural.
Tras la Segunda Guerra Mundial, además de diseñar muebles, creó gran cantidad de productos como lámparas, utensilios de cocina, coches, motocicletas, objetos de vidrio, juguetes, etc. llegando a convertirse en 1977 en director del Museo Japonés de Arte Popular en Tokio, aunque ninguna pieza logró ser tan conocida como el mítico Butterfly stool mencionado anteriormente.
Sus obras pueden seguir viéndose en numerosos museos de todo el mundo, como el Louvre de París o el MoMA de Nueva York.
Se formó en la Escuela de Arte de Tokio (1934) y posteriormente trabajó durante dos años (1940 y 1942) en el estudio de la diseñadora francesa Charlotte Perriand.
En el año 1952 fundó el Yanagi Industrial Design Institute donde diseñó gran cantidad de objetos cotidianos y muebles. En estas piezas podían apreciarse claramente sus formas orgánicas, en las que unificaba el diseño occidental y el japonés, un concepto muy característico de Yanagi que contribuyó a convertirle en uno de los diseñadores más reconocidos de la posguerra.
Todas sus obras cumplían uno de sus pensamientos, y es que para Sori Yanagi la belleza no se hace, sino que nace de forma natural.
Tras la Segunda Guerra Mundial, además de diseñar muebles, creó gran cantidad de productos como lámparas, utensilios de cocina, coches, motocicletas, objetos de vidrio, juguetes, etc. llegando a convertirse en 1977 en director del Museo Japonés de Arte Popular en Tokio, aunque ninguna pieza logró ser tan conocida como el mítico Butterfly stool mencionado anteriormente.
Sus obras pueden seguir viéndose en numerosos museos de todo el mundo, como el Louvre de París o el MoMA de Nueva York.
Vía: Decofilia
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